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Proyecto Hombre de Madrid advierte sobre el aumento del consumo de cannabis y cocaína por parte de mujeres jóvenes

Jóvenes. Ocio / EP

En más del 96% de los casos recibidos en el servicio dirigido a menores y jóvenes, es la familia quien solicita ayuda

Proyecto Hombre Madrid ha alertado sobre un aumento en el consumo de cannabis y cocaína entre las mujeres jóvenes, aunque advierte que ellas siguen buscando menos ayuda que ellos. Por lo tanto, el porcentaje de jóvenes atendidos sigue siendo mayoritario entre los varones. Del total de menores y jóvenes atendidos, el 78,93% son chicos y el 21,07% son chicas.

No obstante, así lo explica en un comunicado la entidad, que advierte de que el verano, debido al incremento de tiempo libre entre los menores, es un periodo del año en el que “con frecuencia se producen primeros consumos o incremento de estos”, así como que el desarrollo de adicciones comportamentales (sin sustancia).

De hecho, el 14% de los pacientes atendidos en Proyecto Hombre Madrid son menores de 25 años, con el citado incremento en el consumo de cannabis y cocaína por parte de mujeres jóvenes en el último periodo.

La familia solicita ayuda en el 96% de los casos de adicción en menores y jóvenes

Desde Proyecto Hombre Madrid inciden en la importancia de “pedir ayuda de manera temprana” para evitar que se cronifique conductas negativas que dañen la salud física y mental de las personas que presentan adicción.

En el 96,02% de los casos recibidos en el servicio dirigido a menores y jóvenes de Proyecto Hombre Madrid, es la familia quien solicita ayuda. Más del 61% lo hace cuando la adicción lleva presente dos años o menos, el 32,46% cuando este periodo ha sido de entre dos y cinco años, y el 5,41% cuando se superan los cinco años.

En cuanto a las sustancias por las que más demandas de tratamiento se reciben en este servicio encontramos los derivados del cannabis en un 46,58% de los casos, seguido del alcohol en un 33,97%. Por detrás, la cocaína (8,08%), otras sustancias (3,29%), las benzodiacepinas (3,15%), las anfetaminas (3,02%), los opiáceos (0,41%) y los opiáceos con cocaína (0,82%).

Uso de pantallas y consumo de pornografía

En relación a las adicciones comportamentales, es decir, aquellas en las que no existe sustancia, las más comunes son el uso indebido de pantallas y el consumo de pornografía.

Con frecuencia, subraya Proyecto Hombre Madrid, las personas que padecen una adicción presentan “otras patologías mentales”. En el caso de los jóvenes, las más comunes son los trastornos de control de impulsos en un 62% de los casos, seguido de comportamientos disruptivos (54%), trastornos del estado de ánimo depresión y/o ansiedad (43,5%), trastornos de personalidad (39%), trastorno de déficit de atención e hiperactividad (15,4%), psicóticos (14%) y trastornos alimentarios (5,7%).

Al margen de ese incremento del consumo de cannabis y cocaína entre las jóvenes, la entidad explica que se está reproduciendo “un patrón similar al realizado por los chicos en periodos anteriores”.

En cuanto a otras patologías mentales, ellas presentan con mayor frecuencia trastornos alimentarios y trastornos depresivos. Sin embargo, la presencia de trastornos del control de impulsos y disruptivos “es más frecuente en chicos”.

Los intentos de suicidio rozan el 5%

Un porcentaje “igualmente preocupante” y “similar en ellos y ellas”, son los intentos de suicidio que se sitúan cerca del 5%, siendo la ideación suicida “mucho más frecuente”.

A pesar de este incremento en el consumo femenino, del total de menores y jóvenes atendidos, el 78,93% son chicos y el 21,07% son chicas. La explicación se sitúa, entre otras razones, por la “mayor estigmatización” existente sobre la mujer que presenta una adicción frente al hombre, lo que provoca que el consumo femenino “sea más silencioso y más difícil de identificar”, y que por tanto, “ellas tarden más en pedir ayuda y acceder a tratamiento”, señala el comunicado de Proyecto Hombre Madrid.

Además, advierte de que el consumo en hombres “suele tener unas consecuencias más visibles”, como pueden ser conductas violentas o disruptivas, lo que hace que el entorno “se dé cuenta del problema y pida ayuda”, mientras que en las mujeres, aunque con consecuencias negativas para ellas, “no son tan reconocibles”.

Asimismo, recalcan que identificar posibles trastornos de salud mental en los jóvenes “no siempre es sencillo”, pues “con frecuencia pueden confundirse con comportamientos que corresponden a su etapa evolutiva”.

Por ello, desde Proyecto Hombre Madrid insisten en la importancia de “pedir asesoramiento ante cualquier duda”, porque “esto evitará mayores complicaciones”.

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