Planeta ha confirmado que la primera semana de diciembre verá la publicación de Reconciliación, las memorias del Rey Emérito Juan Carlos I, un lanzamiento que la editorial califica como «un acontecimiento histórico». La fecha llega después de que la autora, Laurence Debray, anunciara inicialmente que el libro aparecería el 12 de noviembre, coincidiendo con la edición francesa.
El volumen, según la editorial, ofrece «unas memorias ricas en anécdotas que no eluden los episodios más significativos de la historia reciente, pero tampoco las alegrías ni los malos momentos de su vida íntima y personal». Se trata, aseguran, de un recorrido que comienza «en un país inmerso en una guerra cainita y con un joven Juan Carlos anclado a un destino que no le pertenece». Con el tiempo, continúa el relato, el monarca fue «eludiendo mil complots y ganándose la confianza de unos y otros, hasta convertirse en el actor principal de la transformación radical de España».
En el libro, el propio Juan Carlos I reconoce la excepcionalidad de su gesto. «Mi padre siempre me aconsejó que no escribiera mis memorias. Los reyes no se confiesan. Y menos, públicamente. Sus secretos permanecen sepultados en la penumbra de los palacios», afirma. Sin embargo, explica por qué ha decidido desobedecer aquel consejo: «¿Por qué he cambiado de opinión? Porque siento que me roban mi historia».
Planeta subraya que el exilio en Abu Dabi, junto con «parte de la opinión publicada y, por qué no, los propios errores», ha terminado por «ensombrecer su trayectoria y sus aportaciones fundamentales al éxito de la democracia española». Para la editorial, la obra no solo rescata esa visión, sino que también busca reparar el vínculo con la ciudadanía: «Si su majestad ha decidido dar cuenta de su historia después de casi cuarenta años de reinado, es porque considera que ha llegado el momento de reconciliarse con el país».
Las memorias recorren los dos exilios que marcaron su vida: el de Estoril, obligado durante su juventud, y el actual en Abu Dabi, autoimpuesto. En ellas aparecen muchos de los protagonistas de la historia contemporánea española. En un tono crepuscular, el monarca confiesa: «No tengo derecho a llorar». Y la editorial concluye que, pese a todo, «tiene derecho a buscar su anhelada reconciliación con el país que tanto ama y añora».