El concierto cogió tracción en su último tercio con ‘Band On The Run’, ‘Let It Be’ y la emocionante ‘Hey Jude’
El británico Paul McCartney ha deslumbrado este lunes 9 de diciembre, a sus 82 años, en el primero de sus dos conciertos en el Wizink Center (Palacio de Deportes) de Madrid, donde ha escenificado los compases finales de la gira Got Back, según ha recogido EP.
El músico de Liverpool ha encabezado un análisis de casi tres horas de su carrera personal, la formación de la banda Wings con su esposa Linda y, en particular, el repertorio de los famosos Beatles.
Habían transcurrido más de 60 años desde el debut de la legendaria banda británica en la plaza de toros de las Ventas y otros ocho años desde el concierto final de McCartney en el ya desaparecido estadio Vicente Calderón, cuando a las 21:15 de la noche, las luces del Wizink se apagaron para simular un recinto repleto hasta el borde, con más de 17.000 espectadores.
De esta forma, y con un anticipo visual del bajo de McCartney en las pantallas, con un matiz de nave espacial, inició un recorrido por canciones como Can’t Buy My Love y la potente Letting Go.
Un McCartney sin flaquear
Acompañado por su banda, compuesta por Paul Wix Wickens en los teclados, Brian Ray en el bajo y la guitarra, Rusty Anderson en la guitarra y Abe Laboriel Jr. en la batería, además de la banda de metales Hot City Horns, McCartney saludó al público local: “Hola España, buenas noches Madrid; estoy muy feliz de estar aquí de nuevo… Yeah!”.
“Esta noche voy a tratar de hablar un pelín (sic) de español”, comentó antes de dar paso a Maybe You Can Drive My Car con el bajo en mano, A pesar de que durante el concierto tocó la guitarra eléctrica, acústica, el piano, la mandolina y el ukelele, en ningún instante dejó de brillar su destreza y la potencia en sus cuerdas vocales.
“Tengo la sensación de que vamos a pasarlo bien”, el británico apuntó sonriendo para tocar temas como Got to Get You Into my Life y Come On To Me, mientras se sucedían imágenes de los cuatro Beatles en los años 60.
Tras ese inicio enérgico, como recoge EP, McCartney se despojó de la chaqueta para el júbilo de la audiencia y sus silbidos, lo que incentivó la clásica ironía británica del artista: “Es el único cambio de vestuario que habrá”, avisó con sorna.
Emoción
Entonces, el concierto se trasladó a un nivel más conmovedor, repleto de homenajes y recuerdos; en primer lugar, un solo de guitarra en homenaje a Jimi Hendrix en Fox Lady y, posteriormente, una emotiva interpretación al piano de Let Em In.
“Escribí esta canción para mi hermosa esposa, Nancy; ella está aquí esta noche con nosotros”, confesaba con emoción antes de tocar My Valentine y I’ve Just Seen a Face.
“Ahora vamos a viajar en el tiempo a Liverpool”, adelantó, como recoge la agencia de noticias, McCartney para clavar Spite of All Danger, la primera canción grabada por los Beatles.
Siguiendo la línea, el británico, mientras se elevaba en una plataforma, tocó canciones como Blackbird y Here Today: “Escribí esta canción para mi gran amigo John (Lennon)”, señaló esta última, en solitario en el escenario, mientras sostenía la guitarra acústica bajo su brazo.
Pirotecnia para cerrar
Los Beatles, que estuvieron presentes en la ceremonia, retornaban a las pantallas, también con imágenes generadas por Inteligencia Artificial, con canciones como Now And Then, Lady Madonna o Something, instante en el que George Harrison fue el evocado.
El concierto cogió ritmo en su último tercio con Band On The Run, Let It Be y la cautivadora Hey Jude, siendo esta última la canción que causó más entusiasmo entre un público predominantemente de edad avanzada pero también con personajes de todas las edades.
El evento, como informa EP, se complementó con pirotecnia al ritmo de canciones como I’ve Got a Feeling, Carry That Weight y The End. McCartney retornará al escenario de Madrid mañana y solo le quedarán cuatro presentaciones, dos en Manchester y dos en Londres, para finalizar su gira europea.