El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha expresado su desacuerdo con la ley de memoria democrática, a la que considera un “instrumento de polarización ideológica”, al tiempo que ha evocado los 50 años desde la muerte de Franco para señalar que la Iglesia ha pasado “desde la adhesión” al dictador hasta alcanzar un “distanciamiento crítico”.
Durante su intervención en la apertura de la Asamblea Plenaria de la CEE en Madrid, Argüello ha destacado la necesidad de revisar el modo en que se está abordando el pasado reciente: “En el año 2028 celebraremos los cincuenta años de la constitución. Estos próximos tres años deberían ser de ‘purificación de la memoria’ contaminada por los sesgos ideológicos de las leyes de memoria histórica y democrática que, justamente, quieren rehabilitar y honrar a víctimas de la dictadura y enterrar dignamente a quien seguían en fosas y cunetas, pero son, principalmente, un instrumento de polarización ideológica al servicio de los intereses políticos del presente más que cauce para ahondar en la reconciliación que los años de la Transición lograron”.
Argüello reiteró que la conmemoración de las cinco décadas desde el fallecimiento de Francisco Franco ofrece un marco adecuado para reflexionar sobre la evolución de la propia Iglesia española, insistiendo en que esta ha transitado “de la adhesión a Franco” al “distanciamiento crítico”.
«Hace 50 años la mayoría de los obispos de España, hombres que habían conocido guerra y posguerra, dedicaron a Franco palabras de elogio y agradecimiento, además de pedir sufragios por su alma y orar por el futuro inmediato de España. Las palabras públicas y solemnes del cardenal Tarancón, presidente de la CEE, y de don Marcelo, cardenal primado, muestran el recorrido de la Iglesia española de la adhesión a Franco al distanciamiento crítico en la línea del Concilio Vaticano II y el pontificado del papa Pablo VI», ha subrayado.