El Consejo y el Parlamento Europeo han logrado un acuerdo sobre la reforma de las reglas fiscales de la UE, que, tras cuatro años de pausa debido a la pandemia, volverán a establecer límites para la deuda y el déficit de los Estados miembros. Sin embargo, estas restricciones serán más flexibles y adaptadas a la situación de cada país.
Después de 16 horas de negociación, los legisladores han cerrado un pacto político sobre el componente preventivo del marco de gobernanza económica. Este acuerdo está sujeto a la aprobación formal de ambas instituciones y, una vez adoptado, se publicará en el Diario Oficial de la UE, entrando en vigor al día siguiente.
Los otros dos elementos de la reforma, el reglamento sobre el componente correctivo y la directiva sobre los requisitos para los marcos presupuestarios de los Estados miembros, solo requieren consulta al Parlamento Europeo. El nuevo marco permitirá margen para políticas anticíclicas y abordará desequilibrios macroeconómicos.
Se mantiene la obligación de que los países presenten planes fiscales nacionales a medio plazo, y la Comisión proporcionará una trayectoria de referencia en casos específicos. Se prevé un diálogo opcional entre los Estados miembros y la Comisión.
Las nuevas normas fomentarán reformas estructurales e inversiones públicas. Los países podrán solicitar una extensión del período de ajuste fiscal hasta siete años, cumpliendo ciertas condiciones. Los países con deuda excesiva estarán sujetos a normas de salvaguardia, menos restrictivas que las actuales.
Si el déficit supera el 3% del PIB, se requerirá reducirlo hasta alcanzar el 1,5% del PIB durante los períodos de crecimiento. Un país con exceso de deuda no estará obligado a reducirla a menos del 60%, pero debe mantener una «trayectoria descendente plausible».