Sonia Bermúdez, seleccionadora de la absoluta femenina, llegó a Gotemburgo con un mensaje claro: la ida de las semifinales de la Liga de Naciones ante Suecia fue buena, pero el equipo aún puede mejorar. “Todavía podemos hacerlo mucho mejor”, afirmó con convicción. El 4-0 logrado en el partido de ida no distrae a la entrenadora ni a sus jugadoras. El foco está en el presente.
Bermúdez destaca que su equipo es ambicioso y competitivo. “Queremos ganar todos los partidos, más allá de los resultados previos”, explicó. El nuevo ‘staff’ que encabeza está centrado en cada partido como único. “Solo pensamos en el ahora. Mañana tenemos un duelo muy duro y complicado”, añadió durante la rueda de prensa previa a la vuelta.
El mensaje es sencillo: olvidarse de la ventaja y concentrarse en la tarea inmediata. Para la seleccionadora, esa mentalidad es clave para seguir avanzando. El objetivo es claro: llegar a la final de la Liga de Naciones y competir al máximo nivel. “Venimos a intentar llegar a esa final que tanto deseamos. Sabemos que será un partido muy competido”, insistió.
El equipo sabe que Suecia no será un rival fácil. Ocupa el tercer puesto del ranking y juega en casa. Bermúdez recalca que cada detalle cuenta. “Es un equipo muy físico y con grandes virtudes. El otro día estuvimos muy bien, pero todavía podemos mejorar”, señaló. Una de las estrategias será intentar marcar pronto, para encarrilar la eliminatoria y ganar confianza, según Europa Press.
La entrenadora también se refirió a la baja de Salma Paralluelo, quien podría estar fuera más de dos meses. “El cambio es más que obvio. Desde aquí le mandamos un abrazo muy fuerte y una pronta recuperación”, dijo. Aun así, la ausencia no altera el ánimo del grupo. La concentración está en el partido y en ejecutar el plan que han trabajado.
Bermúdez describe la previa como un momento de emoción, no de presión. “Tenía muchas ganas de debutar y ver al equipo competir. Mañana es el gran día”, celebró. La claridad en sus palabras refleja confianza y motivación. La idea es simple: mantener la intensidad, controlar el juego y jugar con la convicción de que aún pueden hacerlo mejor.
Con esta mentalidad, España llega a la vuelta dispuesta a demostrar que el triunfo del primer partido fue solo un paso. Bermúdez confía en su equipo y en su capacidad de mejorar. La semifinal está abierta y la ambición sigue intacta.