La literaria zaragozana tiene bajo su autoría más de 200 títulos, entre ellos la saga ‘Pomelo y Limón’
El XXVIII Premio Cervantes Chico queda en manos de la escritora zaragozana Begoña Oro por su “larga y exitosa trayectoria” en el mundo de la literatura infantil y juvenil, según informa la editorial SM y recoge Europa Press.
“El cariño y el entusiasmo de los pequeños lectores por los personajes que creamos es un premio gigantesco que a menudo considero inmerecido”, señala Oro. También sostiene que es “maravilloso” que exista un premio como el Cervantes Chico, “con ese nombre entre serio y juguetón”.
Oro declara: “Escribir para la infancia no es fácil. Es un público exigente que se merece lo mejor, aunque, como sucede tantas veces con las cosas de niños, no siempre se valore. Nunca me ha molestado esa cierta invisibilidad”.
El jurado, presidido por la alcaldesa de Alcalá de Henares (Madrid), Judith Piquet, consideran a Begoña Oro como “un claro ejemplo de esfuerzo y amor por las letras” y resaltan algunos de sus personajes y series.
Trayectoria profesional de Oro
“Todos los padres hemos compartido con nuestros hijos las aventuras de la ardilla Rasi o del divertido unicornio Troti. Es una experta escritora de novelas juveniles de gran calado”, sostiene Piquet.
Oro (Zaragoza, 1970) ha escrito más de 200 títulos, entre ellos sagas como Pomelo y Limón, La pandilla de la ardilla, con Rasi su protagonista, Misterios a domicilio: pistas apestosas, Monsterchef o El Dragón de las Letras.
Asimismo, también ha recibido los premios más importantes del sector, como el Premio Gran Angular en 2011, por Pomelo y Limón. También ha conseguido el Premio Lazarillo en 2018 por su obra Un fuego rojo o el Premio Jaén de Literatura Juvenil por el libro Tú tan cáncer y yo tan virgo, entre otros reconocimientos.