El Ministerio de Economía destaca que España sigue liderando el crecimiento entre las principales economías de la Unión Europea
La economía española registró un crecimiento del 0,8% durante el tercer trimestre del año, manteniendo el mismo ritmo que en el trimestre anterior. Este avance se debió, principalmente, al fuerte aumento del gasto público, que creció un 2,5% en términos trimestrales. Esta tasa, dos puntos superior a la del trimestre previo, es la más alta desde que comenzó la serie histórica en 1995.
El consumo de los hogares también contribuyó al crecimiento económico, incrementándose un 1,2%, una décima más que en el trimestre anterior, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En términos interanuales, el Producto Interior Bruto (PIB) subió un 3,3%, marcando una décima más que el trimestre anterior, aunque ligeramente por debajo del 3,4% estimado en octubre. A pesar de ello, esta cifra representa la tasa interanual más alta desde el primer trimestre de 2023, consolidando el dinamismo de la economía española.
El Ministerio de Economía destaca que, a falta de los datos del cuarto trimestre, España sigue liderando el crecimiento entre las principales economías de la Unión Europea, acumulando ya 17 trimestres consecutivos de avances trimestrales y 14 trimestres de incrementos interanuales.
Demanda interna y externa
En cuanto a las aportaciones al PIB interanual, la demanda interna añadió 2,8 puntos, mientras que la demanda externa contribuyó con 0,5 puntos. Sin embargo, el crecimiento trimestral del 0,8% se sustentó únicamente en la demanda interna, que aportó un punto completo, mientras que el sector exterior tuvo una contribución negativa de dos décimas.
Aunque el consumo de los hogares y del sector público impulsaron el crecimiento, la inversión cayó un 1,3% en el tercer trimestre, revirtiendo tres trimestres consecutivos de alzas. Este retroceso se debió, principalmente, a una disminución del 1,8% en la inversión en vivienda respecto al trimestre anterior.
En resumen, el tercer trimestre reafirma la resiliencia de la economía española, impulsada por el gasto público y el consumo interno, aunque con desafíos como la caída de la inversión en sectores clave como la vivienda.