Una muestra estructurada en siete partes presenta las obras Aprendiz de político, La forja de un intelectual y Crónica de una destitución anunciada
La exposición Unamuno y la política. De la pluma a la palabra se encuentra en la Biblioteca Nacional hasta el día 8 de diciembre. La pieza muestra la única grabación de voz de Unamuno y su famosa conferencia en la que pronunció la frase venceréis pero no convenceréis ante dirigentes del bando sublevado en la Guerra Civil.
En esta exposición, que estará hasta el próximo 8 de diciembre, se aglutinan un total de 165 obras que incluyen documentos iconográficos y textuales a veces olvidados o inéditos (cartas, artículos de prensa, discursos, conferencias) y que está comisariada por los expertos en la figura de Unamuno, Colette Rabaté y Jean-Claude Rabaté.
Al final de la muestra se encuentra la grabación bajo el título El poder de la palabra: parte II en la que se escucha a Unamuno pronunciar un discurso del 3 de diciembre de 1931. Además, está la conferencia El derecho y la fuerza, leída en la Sociedad El Sitio de Bilbao a finales de 1886 que “anuncia varios conceptos embrionarios” del pensamiento de Unamuno, incluidos los de su última aparición pública en octubre de 1936.
La muestra está estructurada en siete partes: Aprendiz de político; La forja de un intelectual (1891-1899); Crónica de una destitución anunciada (1900-1914); De la Gran Guerra al destierro (1914-1923); Confinamiento y autoexilio (20 de febrero de 1924- 9 de febrero de 1930); La experiencia republicana (Febrero de 1930-Julio de 1936) y La salvaje guerra incivil (1936).
También hay espacio para otros documentos relevantes como el primer artículo publicado en prensa por Unamuno, en el año 1879. Rabaté considera que este exhaustivo trabajo de recopilación supone “dar un paso más en el conocimiento de su pensamiento político”.
La historiadora rechaza la idea de las “paradojas” que le achacan a Unamuno a lo largo de su trayectoria, apoyando a distintos bandos en diferentes momentos. “Me alzo en contra de esta teoría porque Unamuno pudo equivocarse pero era capaz de reconocerlo: las paradojas eran una manera de encontrar la verdad filosófica”, ha destacado.
Para la investigadora, el filósofo estaba adscrito a una ideología “liberal”, pero entendida a su manera. “Para él, el liberalismo no es un dogma porque ya dejó claro que no quería participar de ningún partido político, sino un sistema que le permitía pasar por encima de las diferencias”, ha explicado.
La polémica no dejó de acompañar a Unamuno a lo largo de su vida debido a sus posicionamientos políticos, como por ejemplo sus críticas al fascismo o al antisemitismo. También llegó a decir que la lengua vasca “debía morir” y había que hablar castellano. “Él pensaba que la lengua era la raza, término que rechazaba, y que es lo que unía a los hombres”, ha apuntado Colette Rabaté.
Asimismo, fue un antimilitarista convencido, lo que le llevó a granjearse enemistades, especialmente por la Guerra de Cuba. Así, en una de las cartas enviadas al escritor Fernández Villegas llega a afirmar que ojalá España pierda Cuba, aunque de esto normalmente no queda constancia en artículos porque “no se atrevía a poner en prensa todo lo que pensaba”. “Eso sí, la mayoría de la prensa era patriotera y eso no lo soportaba”, ha concluido Jean Claude Rabaté.