Los operarios ultiman los preparativos del ‘Bribón’ en el que, previsiblemente, este jueves navegará el emérito
El rey emérito Juan Carlos I, llegó este miércoles al municipio pontevedrés de Sanxenxo, bajo un ambiente tranquilo y en el que algunos desconocían que se encontraba de vuelta.
“Pienso que su visita no debe molestarle a nadie, como cualquier ciudadano que viene a pasar unos días a Sanxenxo”, aseguró un transeúnte.
Aunque algunos transeúntes sí conocían que el emérito pasará unos días en Sanxenxo, para otros su regreso era desconocido y desapercibido hasta el momento.
Un vecino de Pontevedra, consultado por Europa Press, aseguró que su visita debe ser “como la de cualquier ciudadano” que quiere venir a pasar unos días de vacaciones. “Pienso que no debe de molestarle a nadie”, ha sentenciado.
Criterio coincidente con el de un turista que “ve bien la visita del Rey emérito a su patria”, donde “hay que recibirlo bien”. Pero una vecina de Palencia, de visita en Sanxenxo, valoró positivamente que Don Juan Carlos vuelva a su país, “aunque debe tratar asuntos pendientes”, aseveró.
Otros ciudadanos no sabían de la presencia del emérito en la localidad pontevedresa, que transcurre en un ambiente de completa normalidad y sobre todo incertidumbre ya que no hay ninguna confirmación oficial sobre la agenda que mantendrá el ex monarca durante estos días.
La presencia de un operario a bordo del ‘Bribón’, este miércoles, podría indicar que el barco de Juan Carlos I salga a navegar, previsiblemente, este jueves, pero no existe confirmación oficial.
La embarcación está situada en el embarcadero del Náutico de Sanxenxo en el punto justo debajo de la escaleras por donde bajó el emérito en las últimas visitas.
Llegada del monarca
Previamente, el ex monarca llegó a España, a las 14:00 horas, a bordo de un jet privado, que aterrizó en Peinador (Vigo), procedente de Abu Dabi, donde reside temporalmente.
Una vez en tierra, Juan Carlos I bajó del avión directamente a pista; vestido con una camisa azul y una americana marina. Allí lo ha esperado, el regatista e íntimo amigo, Pedro Campos, que lo recogió en un Volvo XC90 gris y lo trasladó hasta su casa, en Nanín, donde pasará los próximos días.
La expectación de medios para recibir a Juan Carlos I no ha pasado desapercibida ni en el aeropuerto ni en la localidad pontevedresa. El ex monarca no ha bajado la ventanilla en ninguna de las dos ocasiones, pero sí saludó a la prensa.
En casa de Pedro Campos, entró minutos antes de las 15,00 horas y no ha salido en toda la tardeo. Sobre las 12,20 horas había entrado una furgoneta con mariscos, y su conductora aseguró a los medios que “dejó productos del mar”, sin entrar en detalles.
La visita del rey emérito se debe a las regatas que se celebran en el municipio pontevedrés este fin de semana y que estaban programadas para principios de junio pero tuvieron que ser aplazadas a causa de la borrasca ‘Óscar’.
Otra visitas a España
Su anterior visita a España fue el pasado mes de abril en un viaje que generó “malestar” en el Palacio de la Zarzuela, que ya había pedido al padre del rey Felipe VI más discreción en futuros desplazamientos.
La primera visita que hizo a España Don Juan Carlos a finales de mayo del año pasado había generado enfado en la Casa del Rey, debido a la expectación con la que se siguieron todos sus movimientos en Sanxenxo y al interés suscitado, muy lejos de la privacidad con la que había manifestado que quería que transcurriera su estancia.
Felipe VI comunicó a su padre su malestar, durante el encuentro que ambos mantuvieron en Zarzuela, el 23 de mayo. Tras el mismo, la Casa del Rey emitió un comunicado, recordándole a Don Juan Carlos que Abu Dabi sería su residencia permanente y, cuando visitara España, debería hacerlo con “la mayor privacidad posible”.
Aparentemente, el mensaje de Zarzuela caló en el emérito, que no volvió en junio, para una nueva regata; como se había adelantado, y en los meses siguientes mantuvo un inusual silencio, sin recurrir a su entorno más cercano para trasladar mensajes sobre sus intenciones o sobre su vida en el exilio emiratí.