La hija de la tonadillera ha declarado que su madre tuvo la oportunidad de hablar con ella y su hijo y no quiso
Isa Pantoja protagonizaba este miércoles la portada de la revista Lecturas revelando la dolorosa decisión que ha tomado tras un año sin tener relación con su madre, Isabel Pantoja. A pesar de que siempre se había mostrado esperanzada con un posible acercamiento, los últimos acontecimientos han provocado que tire la toalla y verbalice por fin que no piensa volver a llamar a su progenitora.
Dolida porque la cantante tuvo la ocasión de hablar con ella y con su hijo Alberto y no quiso, y para que el niño no le pregunte por su abuela ausente, ha quitado las imágenes que había de su madre en su casa, incluida una imagen de gran tamaño que colgaba de su salón.
“Hay relaciones de familia que se rompen y ya está“, ha reconocido, dejando claro que no va a volver a llamar a su madre. “Quizá cuando el niño sea mayor mi madre quiera tener una relación con él, pero para mi hijo la prioridad seré yo, no ella”, ha sentenciado.
Tras estas durísimas declaraciones, Isa ha reaparecido en Vamos a ver y se ha reafirmado en su intención de no mover ficha con Pantoja. Y prueba de ello es la fría reacción que ha tenido cuando su compañero de programa Antonio Rossi le ha contado que hace una semana, cuando actuó en Bilabo, la cantante le pidió a Anabel Pantoja que le enseñase las fotos de sus nietos. Y fue al ver a Albertito y a los hijos de Kiko Rivera cuando rompió a llorar destrozada por no tener relación con los pequeños.
Lejos de enternecerse por el dolor de su madre, Isa se ha quedado impasible: “Yo tengo a mi hijo, tengo una familia que he creado yo y a mí me duele mi hijo. No puedo decir otra cosa, no me sale decir otra cosa”, ha sentenciado.
“Quiero dejar las cosas así. Yo he saltado por mi hijo y saltaré por él 5000 veces más porque es la persona más importante de mi vida. Las puertas están abiertas para que ella me llame porque yo voy a estar ahí, pero voy a avanzar y a hacer mi vida”, ha zanjado, dejando claro que por el momento no piensa mover un dedo para acercarse a la artista.