Giuliano Simeone volvió a ser una de las figuras más destacadas del Atlético de Madrid en la victoria frente al Union Saint-Gilloise en la Liga de Campeones. El extremo argentino asistió a su compatriota Julián Álvarez en el gol que abrió el marcador, confirmando su gran estado de forma y su creciente protagonismo en el equipo. Con solo 15 partidos disputados esta temporada, ya ha igualado sus registros de la campaña anterior, consolidándose como una pieza clave para su padre y entrenador, Diego Pablo Simeone.
El joven futbolista se ha convertido en uno de los jugadores más utilizados por el técnico argentino. Junto a Marcos Llorente, Antoine Griezmann y Conor Gallagher, es el único que ha participado en los 15 partidos oficiales del conjunto rojiblanco esta temporada. Con 1.151 minutos sobre el césped, sólo Llorente y Robin Le Normand lo superan en tiempo de juego, una muestra de la confianza que el cuerpo técnico deposita en él.

De esos encuentros, Giuliano ha sido titular en 13, una regularidad que sólo comparten jugadores indiscutibles como Jan Oblak y Marcos Llorente. Su progresión se explica no sólo por su entrega, sino también por una evidente mejora técnica: ha añadido a su habitual garra un mayor control, desborde y claridad en el último pase, lo que lo ha convertido en un socio ideal para Julián Álvarez y en una amenaza constante para las defensas rivales.
Actualmente, Simeone es el máximo asistente del Atlético con cinco pases de gol, tres de ellos en los últimos cinco encuentros. Dos de esas asistencias han sido para Julián Álvarez, con quien mantiene una conexión especial, y otras dos para Thiago Almada. Además, ha marcado tres goles, lo que lo sitúa como el segundo jugador con más participaciones en goles del equipo (8), solo por detrás de Álvarez, que suma 13.
Con apenas 23 años, Giuliano Simeone está firmando la mejor temporada de su carrera. Su crecimiento es notable: ya se encuentra a un solo tanto de igualar sus cifras goleadoras del curso pasado y a dos asistencias de superarlas. Su evolución refleja no solo su talento y madurez futbolística, sino también la consolidación de un jugador que ha pasado de promesa a pieza esencial en el esquema del Atlético de Madrid.