La Guardia Civil frustró un intento de tráfico de hachís en aguas del Estrecho de Gibraltar. El suceso tuvo lugar el pasado sábado, cuando los agentes detectaron una embarcación sospechosa a una milla al sur de Punta Camarinal. Su velocidad y rumbo levantaron sospechas inmediatas.
Acto seguido, se activaron patrullas del Servicio Marítimo de Algeciras. La persecución obligó a los ocupantes de la lancha a cambiar su rumbo hacia la costa de Ceuta. Allí se sumó otra patrullera de la Guardia Civil para reforzar el seguimiento.
Al verse acorralados, los tripulantes decidieron arrojar los fardos al mar. Pretendían aligerar la carga y escapar de la detención. A pesar de sus intentos, los agentes lograron recuperar 56 fardos de hachís. El peso total superaba los 2.200 kilos. La operación demostró la rapidez y coordinación del Servicio Marítimo en situaciones de riesgo, según ha publicado Europa Press.
El domingo, una nueva intervención confirmó la intensidad del tráfico de drogas en la zona. La Guardia Civil detectó otra embarcación sospechosa a una milla al sur de Tarifa. La nave estaba ocupada por seis hombres y transportaba fardos de arpillera.
Tras activar nuevamente al Servicio Marítimo de Algeciras, los agentes lograron darle alcance. Como en el caso anterior, los ocupantes intentaron deshacerse de la mercancía. Arrojaron al mar 116 fardos, que los guardias civiles recuperaron rápidamente.
Tras ser trasladados a las dependencias oficiales, se confirmó que los fardos contenían hachís, con un peso total de más de 4.500 kilos. La suma de ambas operaciones ascendió a 6.700 kilos de droga, con un valor superior a nueve millones de euros.
Estas intervenciones evidencian la presión constante que ejerce la Guardia Civil sobre el narcotráfico en el Estrecho. Además, muestran la determinación de los agentes frente a las maniobras de evasión de los traficantes. La coordinación y rapidez en la actuación fueron claves para evitar que estas grandes cantidades de hachís llegaran a las costas españolas.