Hoy: 14 de febrero de 2025
La tenue luz captada por el Very Large Telescope (VLT) ha sido identificada como la nova más remota observada hasta la fecha, resultado de explosiones termonucleares en una galaxia situada a unos 70 millones de años luz de distancia.
Los estallidos detectados son consecuencia del «canibalismo estelar» en sistemas binarios, donde una estrella más fría pierde material frente a su compañera más pequeña y caliente, lo que desencadena una serie de explosiones termonucleares, según informes del ESO (European Southern Observatory) que opera el VLT.
Denominadas como «Stella Nova» o simplemente «Nova», estas explosiones estelares son relativamente comunes en nuestra galaxia, la Vía Láctea, causadas por fenómenos similares de explosión en sistemas binarios.
La explosión de una nova implica la liberación de una cantidad colosal de energía, aproximadamente equivalente a la producida por el Sol en 10.000 años, en tan solo unas pocas semanas.
A diferencia de las supernovas, el progenitor de una nova no se destruye durante la explosión, lo que permite que el proceso se repita cada cierto tiempo, hasta que finalmente la estrella nova muere por «vejez».
Estas explosiones estelares, debido a su luminosidad excepcional, pueden servir como balizas para medir distancias relativas entre diferentes tipos de galaxias, al proporcionar valiosa información sobre la formación estelar y la estructura del Universo.
El descubrimiento de novas en galaxias lejanas como NGC 1316, realizado con la ayuda de tecnología avanzada como el VLT, abre nuevas puertas en la investigación astronómica, lo que permite un mejor entendimiento de los fenómenos cósmicos.