El té, una de las infusiones más tradicionales del mundo, está viviendo un nuevo auge en Chile, esta vez de la mano de los jóvenes. Aunque históricamente vinculado al desayuno o la once, hoy se ha transformado en una bebida versátil que acompaña múltiples momentos del día. En el marco del Día Internacional del Té, celebrado en mayo, se destacaron su valor cultural, económico y social, y se confirmó el creciente interés por esta infusión entre los chilenos, especialmente en las mujeres menores de 35 años.
Esta tendencia emergente no solo refleja una preferencia por lo tradicional, sino también una apertura a nuevas formas y sabores. El té negro sigue siendo el favorito, representando el 85% del consumo nacional, un porcentaje considerablemente más alto que el promedio global. Su sabor intenso y conexión con las costumbres familiares lo mantienen como el líder del mercado, aunque los tés saborizados y herbales también están ganando terreno.
Con la pandemia como punto de inflexión, las infusiones han encontrado nuevos espacios en la rutina diaria. Según Cristián Pastene, Tea Trainer y representante de Dilmah en Latinoamérica, el té ya no es solo una bebida caliente: ahora se presenta en formatos como iced tea, se integra en la gastronomía y hasta en la coctelería. Así, se adapta a momentos de estudio, trabajo o descanso, consolidándose como una elección consciente y funcional, publica El Mostrador.
Factores como su sabor, beneficios para la salud y tradición, hacen del té una alternativa cada vez más popular. De acuerdo con estudios recientes, el 65% de los consumidores elige el té por su valor cultural, el 61% por su sabor y el 58% por sus cualidades saludables. Esta combinación de elementos ha permitido que esta bebida milenaria siga creciendo en popularidad, especialmente entre las nuevas generaciones.
Además, países como Sri Lanka, reconocido por su té de Ceylon, han sido claves para mantener la calidad del producto. La cosecha manual y la diversidad de altitudes han forjado una reputación internacional difícil de igualar.
Finalmente, expertos recomiendan consumir entre 3 y 4 tazas al día, utilizando agua recién hervida y un tiempo de infusión adecuado. Guardarlo en condiciones óptimas también es clave para preservar su sabor y aroma.
Lejos de quedar relegado a la tradición, el té —y en particular el té negro— está viviendo una renovación. Jóvenes consumidores, nuevos formatos y una revalorización de sus propiedades proyectan un futuro prometedor para esta bebida en Chile.