Miles de personas procedentes de distintas zonas rurales se concentraron este domingo en Madrid para denunciar el abandono institucional y la falta de servicios públicos que sufre la España rural. La manifestación, convocada por la organización Salvemos el Mundo Rural, reunió a unas 1.500 personas y 500 colectivos del sector, que reclamaron un cambio en las políticas que afectan a los pueblos y al territorio.
Durante la protesta, los asistentes corearon consignas como “especuladores”, en alusión a las grandes empresas e intereses económicos que, según denuncian, están deteriorando los ecosistemas naturales y sociales del medio rural. Las pancartas exigían una gestión más justa de los recursos y la defensa de un modelo que garantice servicios básicos y oportunidades para las zonas despobladas.
Ernesto Romeo, representante de la coordinadora Salvemos el Mundo Rural y del movimiento Teruel Existe, criticó duramente la situación actual. “Estamos asistiendo a la pérdida de servicios y al abandono progresivo de nuestros pueblos”, afirmó. También señaló la falta de control sobre los fondos europeos gestionados por grandes compañías: “No está habiendo un control ni por parte del Estado ni de las comunidades autónomas”, dijo, calificando la implantación masiva de macro-renovables como “la mayor agresión sufrida por el medio rural”.
La marcha recorrió las calles madrileñas desde la plaza de Carlos V hasta Cibeles, donde el escritor Javier Sierra leyó un manifiesto elaborado a partir de las demandas de los colectivos. En el texto se denuncia que “el mundo rural está siendo agredido por un sistema económico depredador de los recursos, impuesto por un modelo de desarrollo urbano que busca solo la especulación monetaria y el despilfarro”.
El portavoz de Teruel Existe, Tomás Guitarte, también intervino para denunciar el papel al que se está relegando al campo. “Estas zonas están siendo convertidas en territorios de sacrificio para actividades que no aportan desarrollo. Nos están convirtiendo en el patio trasero de las ciudades”, lamentó. Asimismo, exigió una sanidad digna y estructuras adecuadas: “No podemos seguir con una sanidad precaria ni con estructuras deficitarias. No nos dan los mismos derechos que al resto de los ciudadanos”.
Por su parte, Beatriz Martín, vicepresidenta de la Diputación de Teruel, subrayó la necesidad de reconocer el valor del mundo rural. “El mundo rural debe reclamar lo que le corresponde, no ser un lugar expoliado”, afirmó. Martín pidió garantizar los servicios básicos —educación, transporte, sanidad y conectividad— para evitar que la población continúe marchándose. “Son servicios básicos que todo el mundo tiene y que el medio rural debería tener también para poder vivir allí”, concluyó.