El juez Juan Carlos Peinado ha señalado de forma explícita que la relación matrimonial entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, Begoña Gómez, es un factor determinante en la causa que instruye. En un auto al que tuvo acceso Europa Press, el magistrado afirma que este vínculo resulta “fundamental” para valorar la existencia de posibles delitos, principalmente el de tráfico de influencias.
Según su razonamiento, las actuaciones que se investigan no se entienden sin esa conexión directa con el jefe del Ejecutivo. Peinado sostiene que, sin estar casada con Sánchez, Gómez y los otros dos investigados difícilmente habrían podido llevar a cabo las conductas que ahora se analizan como presuntamente delictivas. Ese parentesco, insiste el juez, es lo que otorga a los hechos la apariencia de relevancia penal.
En el escrito, Peinado explica que el “origen” de la investigación radica en las acciones atribuidas a Gómez, que derivan de su condición de esposa del presidente. Este punto de partida, añade, obliga a estudiar no solo un posible tráfico de influencias, sino también otros delitos que podrían considerarse conexos. Para el magistrado, la relación con Sánchez no es un detalle accesorio, sino el eje central de todo el proceso.
El auto de Peinado no se limita a describir las conductas bajo sospecha. También traza un escenario procesal concreto. El juez entiende que, al tratarse de delitos que están conectados, el enjuiciamiento debería ser conjunto y llevado a cabo por un jurado popular. Advierte de que dividir las causas supondría romper la coherencia del procedimiento y dificultar la valoración global de los hechos.
En sus palabras, existe una “necesidad clara” de mantener un único proceso que permita analizar todas las conductas como parte de un mismo marco. Solo así, argumenta, puede llegarse a una conclusión válida desde el punto de vista judicial.
Este planteamiento judicial tiene, inevitablemente, un fuerte eco político. Aunque Sánchez no está investigado, el hecho de que su relación con Gómez sea considerada decisiva por el instructor intensifica el debate público. La oposición ya ha señalado que el caso afecta a la credibilidad del presidente, mientras que el Gobierno insiste en que se trata de un proceso que debe resolverse en los tribunales y no en el terreno político.
La instrucción sigue abierta, y todavía falta por determinar si finalmente habrá un juicio y en qué términos. Pero lo que sí queda claro es que, para el juez Peinado, la relación entre Sánchez y Begoña Gómez no es solo un contexto personal: es el centro de la investigación judicial y la clave para entender el alcance del caso.