El deportista español asegura que el paradeporte cambió su vida y facilitó su integración en la sociedad
Después de que le amputaran los dos brazos y la pierna izquierda por electrocutarse al tocar un cable de alta tensión cuando era un niño, Ricardo Ten afronta sus sextos Juegos Paralímpicos en París.
“El paradeporte cambió mi vida por completo, me ayudó a adaptarme a mi nueva situación, seguir formando parte de mi grupo de amigos, el poder compartir con ellos, me facilitó mucho mi integración“, confesó Ten en declaraciones a Juegos Paralímpicos en un vídeo publicado en redes sociales.
Por ello, mandó “mucho ánimo a todas esas personas que por desgracia han sufrido una enfermedad, un accidente, han tenido una discapacidad” y las animó “a practicar deporte”. “Más allá del deporte competición también existe el deporte lúdico, social. Al final se trata de pasar buenos momentos con amigos y compañeros”, explicó.
“El deporte en mi vida es superimportante, todo gira en torno al deporte, desde muy pequeño me sirvió para superar mi discapacidad y ahora me permite dedicarme a algo que me encanta. Lo que más me gusta del ciclismo es que cuando vienes a una ciudad nueva a competir te permite descubrir muchos rincones, y otras disciplinas no te lo permite”, agregó.
Ten relató que comenzó a practicar deporte “desde muy pequeño”, porque “siempre” le gustaron “todos los tipos” de disciplinas. “Empecé en el mundo de la competición de la natación, más tarde me pasé al ciclismo. Empecé en el ciclismo después de los Juegos Paralímpicos de Río 2016, donde acabé mi carrera como nadador. Han sido cinco años hasta llegar a los Juegos de Tokio“, recordó.
“Tokio fue una competición donde teníamos puestas muchas esperanzas, creíamos que podíamos lograr una medalla a nivel individual, conseguimos una medalla de bronce en la velocidad por equipos en la pista. Fue un balance muy bueno, porque mejoramos todas nuestras marcas”, dijo sobre su única presea en ciclismo adaptado en pista hasta el momento, después de colgarse otras siete en natación desde Atlanta 1996, tras haber participado en cinco eventos olímpicos.
Para Ten, el deporte fue un argumento de vida crucial por su “discapacidad muy visible”. “Me amputaron los dos brazos y la pierna izquierda, porque de pequeño toqué un cable de alta tensión, me electrocuté y tuve grandes secuelas”, concluyó.