El Ministerio de Sanidad ha confirmado que entre el 16 de mayo y el 30 de septiembre de 2025 se registraron 3.832 muertes vinculadas al calor. La cifra supone un incremento del 87,6% respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo).
El informe final del Plan Nacional de actuaciones preventivas frente al exceso de temperaturas señala que durante este verano se produjeron 870 episodios de calor extremo, un 73% más que en 2024. Además, se activaron 5.178 alertas por riesgo térmico en diferentes niveles, lo que equivale al 20,6% de los días estivales, mientras que el 79,38% transcurrió sin riesgo.
En cuanto a las víctimas, Sanidad detalla que el 95,98% eran mayores de 65 años y que más de la mitad superaban los 85 años. Las mujeres representaron el 59% de los fallecimientos (2.276 casos), mientras que los hombres supusieron el 40,61% (1.556 casos).
Agosto fue el mes más crítico, concentrando 2.184 muertes. Le siguieron julio, con 1.060 fallecimientos; junio, con 407; septiembre, con 173; y la segunda quincena de mayo, en la que se registraron ocho decesos.
La mayoría de los afectados presentaban factores de riesgo como enfermedades crónicas, uso de medicación sensible al calor, condiciones laborales de exposición a altas temperaturas o situaciones sociales de vulnerabilidad, como vivir solos o en viviendas sin climatización.
El perfil incluye desde personas mayores con patologías cardiovasculares o neurodegenerativas, hasta adultos jóvenes sometidos a altas temperaturas en trabajos o actividades recreativas.