Si hablas con dirigentes del Partido Popular e incluso con algunos de la izquierda te dicen que la premisa mayor de Alberto Núñez Feijóo -derogar el sanchismo- no es del todo incoherente con el apoyo del PP a Jaume Collboni para conseguir la alcaldía de Barcelona. ¿Cómo es posible derogar el sanchismo entregándole literalmente la llave de la Casa de la Ciudad de Barcelona en la plaza de Sant Jaume 1, la segunda más importante de España? Pues eso, todos convencidos de que al PP nacional no le pasará factura.
Parece que al PP nada le pasa factura. Ya ocurrió. Tampoco la corrupción pasaba factura en este país. Y Mariano Rajoy fue empujado al borde del precipicio en 2018 por la sentencia de Gürtel que Pedro Sánchez transformó en la moción de censura que le arrojó al abismo aquel 1 de junio.
Las informaciones disponibles indican que el golpe de gracia contra la candidatura de Xavier Trías apoyada por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se dio en Madrid el sábado 17 de junio. Y que ello salió de las altas instancias del bipartidismo PSOE-PP.
Sea como sea, por más que el PP pueda justificar ante su parroquia el mal menor de Collboni –”ama la ciudad”, Dani Sirera dixit, no es lo que se dice votar con la nariz tapada–, es decir, de apoyar al PSC con la coartada de impedir que el independentismo catalán -Junts & ERC- se haga con el control de la Barcelona, es lo cierto que el PP ha entregado un feudo espectacular a quienes -según la campaña del PP -han sido y son socios -el PSOE-PSC- de los que quieren destruir a España: los filoterroristas de EH Bildu y los independentistas de ERC.
Esta construcción exitosa para desalojar el 28-M del poder institucional al PSOE ha conocido, pues, una limitación importante en el Ayuntamiento de Barcelona.
Así como sorprendió a propios y extraños Sánchez la mañana del 29 de mayo al anunciar la anticipación de las elecciones al 23 de julio, ahora hasta puede blandir el slogan de la reconquista de posiciones. De que la última palabra no está dicha y de que el que ríe el último ríe mejor.
Y esto late debajo del mensaje que ahora transmite el presidente en funciones: su oferta a su propio partido y a los españoles no es reeditar el gobierno de coalición PSOE-Unidas sino un gobierno PSOE-Sumar.
Esta es la fórmula que he descrito sobre lo que quedaba de la perversa moción de Ramón Tamames. A saber, “un fantasma recorre la política española: se llama Yolanda Sánchez”.
Hay que recordar que los ataques del PP al PSC han sido sistemáticos. El PP llevó adelante una campaña implacable contra el actual primer secretario del PSC Salvador Illa cuando era ministro de Sanidad. Pablo Casado pidió en enero de 2021, su dimisión “tras 83.000 fallecidos y dos millones de contagiados” por coronavirus.
El entonces líder popular hizo responsables al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al ministro de Sanidad de la “nefasta” gestión durante la primera y segunda ola del coronavirus, así como de la “inacción” en la tercera ola. El PP y Vox presentaron recursos de inconstitucionalidad contra el estado de alarma, que, con la ponencia del magistrado Pedro González. Trevijano, que preparaba su propia alfombra roja para presidir el Tribunal Constitucional, se dieron por buenos con la mayoría conservadora. El pretexto: las medidas eran correctas pero debían ser adoptadas con la declaración del estado de excepción.
La lucha del PP de Feijóo contra la ley de vivienda volvió a defender la sacrosanta propiedad privada y denunció el pacto con EH Bildu y ERC para su aprobación. ¡Vade retro!
Fue una ley impulsada por el gobierno de Pedro Sánchez.
Collboni el ahora alcalde declaró que era un “hito histórico”, que beneficiará especialmente a jóvenes.
El 29 de abril pasado “en seguida que la nueva ley se publique en el BOE (Boletín Oficial del Estado) haremos llegar este documento a la Generalitat de Cataluña para poder empezar a aplicar la nueva normativa en toda la ciudad de manera inmediata”, aseguró Ada Colau, en un mensaje en las redes sociales. La entonces alcaldesa apuntó que “aplicaremos la ley de forma rigurosa y ambiciosa para que tenga el máximo impacto posible. Vivir de alquiler no puede suponer destinar gran parte de los GC va ingresos, un 43% de media, según los datos oficiales”.
Colau proponía prohibir los alquileres de temporada en los 26 barrios (de 73) más tensionados de la ciudad, barrios comprendidos en las zonas 1 y 2 del PEUAT (Plan Especial de Alojamientos Turísticos), como Ciutat Vella, Poblenou, Sagrada Familia o Gràcia.
¿Abjurará Collboni -que fue el número dos del Ayuntamiento con Colau- de la aplicación de las zonas tensionadas?
Fuentes consultadas por El Periódico de Catalunya señala que el nuevo alcalde aplicará a rajatabla la ley de vivienda repudiada por el PP.
“Toda la estructura ejecutiva (direcciones generales y gerencias) se mantendrá a la espera de que los Comunes entren en el gobierno después de las elecciones del 23 de julio, aunque sin Colau de alcaldesa”, dijo la fuente. La declaración de las zonas tensionadas ya está diseñada, añadió.
Por tanto, un bastión del sanchismo, el PSC, ha recibido el apoyo del PP y de Feijóo in person. Collboni que según el jefe del PP en Cataluña “ama la ciudad”, aplicará la ley de vivienda, una ley que los barones del PP -Isabel Díaz Ayuso y Juan Manuel Moreno- han amenazado con recurrir ante el Tribunal Constitucional.
Pero para más inri, ¿no ha vaticinado José María Aznar que si gana Pedro Sánchez y hay un nuevo gobierno de coalición tendrán lugar consultas independentistas para despiezar España esta vez con el respaldo del Tribunal Constitucional de mayoría progresista?
Pues eso, Feijóo se ha hecho un estriptis en toda regla en Barcelona y de coherencia, pues, nada de na….