La Fiscalía General del Estado ha expresado su «especial preocupación» por el aumento del consumo de cannabis entre jóvenes en España. Incluso se han detectado casos alarmantes de niños de apenas 9 y 10 años que comienzan a consumir esta sustancia. Según ha publicado Europa Press, este inicio temprano supone un riesgo grave para la salud pública.
El cannabis que consumen hoy los jóvenes suele tener concentraciones de THC muy elevadas, a veces superiores al 40%. Esto aumenta la probabilidad de desarrollar enfermedades mentales y trastornos psicológicos. La Fiscalía advierte que muchos adolescentes desconocen los riesgos, como psicosis reactivas y brotes psicóticos que pueden requerir ingresos involuntarios. Además, se observa un patrón preocupante: el aumento de la esquizofrenia y la bipolaridad en adolescentes y adultos jóvenes vinculados al consumo habitual de cannabis.
El Ministerio Público también señala un crecimiento notable de las asociaciones cannábicas. Bajo la apariencia de actividades legales, estas asociaciones podrían facilitar la distribución indiscriminada de cannabis entre menores y jóvenes. Por ello, se promueve un control más estricto, así como la persecución de grandes plantaciones que suelen asociarse a otros delitos, como fraudes de agua o electricidad.
No solo el cannabis preocupa a la Fiscalía. El consumo de óxido nitroso, conocido como ‘gas de la risa’, se ha disparado, especialmente en Ibiza. Esta sustancia se vende a bajo costo y muchos adolescentes la consideran inofensiva. Sin embargo, su inhalación puede provocar problemas respiratorios, neurológicos o incluso la muerte, según advierte la Agencia Española del Medicamento. En 2024, en Ibiza se incoaron 216 diligencias previas y 58 urgentes relacionadas con este gas.
También se observa un aumento en el consumo de MDMA y cocaína rosa (2CB o ‘tusi’). Estas drogas están asociadas al ocio nocturno y son muy accesibles para jóvenes. Su combinación con cannabis y alcohol agrava aún más los riesgos para la salud, aumentando la probabilidad de efectos adversos graves. La Fiscalía mantiene un análisis cuidadoso de estas tendencias para prevenir daños futuros y proteger a los menores y jóvenes.