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Consejo General del Poder Judicial

Reunión del Consejo del Poder Judicial. | Fuente: Europa Press

Recuerdo que cuando yo era muy jovencito y veraneaba en una pequeña aldea de
Cantabria, todas las tardes, a la hora de ordeñar las vacas -si, entonces se ordeñaba a mano-
yo me ponía junto al que ordeñaba y miraba toda la operación.

Un día, no sé porqué, le pregunté porqué el banco que utilizaba (muy bajito, el banco)
tenía tres patas.

Su contestación fue clara, de sabiduría popular: un banco con tres patas nunca puede cojear.
Y es verdad. Después he tenido muchas ocasiones de comprobarlo.

Nuestra democracia, como los bancos de ordeñar, o como cualquier otro, también se apoya
sobre tres patas, las llamamos Poderes, pero son tres patas, para que no pueda cojear.

Son los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Y con estas tres patas no debería cojear nunca.

Suena bonito, ¿verdad? Pues no. No es así. Desgraciadamente no es así.

El Poder Ejecutivo -Gobierno- más o menos lo hace bien. Para unos lo hace muy bien, para otros
muy mal y para la inmensa mayoría razonable. Y no estoy hablando del gobierno actual, hablo
en general.

El Poder Legislativo -Cortes Generales- a pesar de ser una institución respetada, la gente,
el pueblo, lo vemos más como una reunión de personas a las que hemos elegido y que trabaja
poco y cobran mucho.

Pero no es así. Afortunadamente son lugares (Senado y Congreso) donde se trabaja, y mucho,
para legislar las leyes que todos tenemos que cumplir y respetar.

Y el tercer Poder, la tercera pata del banco, es el Poder Judicial. Y aquí si. desgraciadamente,
tengo que decir que el banco cojea ¡ Y mucho !

¿Cómo es posible que en la Memoria presentada por la Fiscalía General del Estado, a principio
del año Judicial de 2022, correspondiante al año 2021 se diga los cientos de miles de casos pendientes
de juzgar o dictar sentencias por falta de personal y de medios?

¿Cómo es posible que todos los días asistamos, avergonzados. a la publicación de sentencias que
nos escandalizan, y que lógicamente en la mayoría de los casos tenga que intervenir el Consejo
General del Poder Judicial?

La Justicia para ser justa lo primero que tiene que ser es rápida, eficaz, imparcial. No se puede tener
a todos los ciudadanos con la espada de Damocles pendiente sobre nuestras cabezas de una forma
permanente, de que en cualquier momento puede haber otro caso como el de la niña Mari Luz,
de Huelva (¿ Lo recuerdan? El asesino de aquella niña estaba en libertad cuando debería estar en la
carcel, por sus crímenes) o los casos sangrantes, todos los días, de tantas mujeres asesinadas por los
que deberían estar en la cárcel y cuando un juez lo denuncia, entonces sí, se pone en marcha el CGPJ
para informarse.

No podemos consentir esta situación que, además de peligrosa, es sumamente injusta.

Ningún ministro de Justicia de nuestra, joven todavía, democracia, ha sabido o podido arreglar los
problemas de este Ministerio. que, no nos olvidemos, es uno de los pilares de la democracia.
La tercera pata del banco.

No podemos tener un CGPJ totalmente politizado, pendiente de unas mayorías, conservadoras o
progresistas, que sólo atienden a los dictados de unos políticos.

No es posible, perdón si es posible pero no admisible que un Órgano de tamaña importancia en el
funcionamiento del Estado tenga a sus miembros sin renovar su mandato cuatro años después de su
finalización de mandato. Y no sé quién es el culpable de tamaño despropósito, pero intuimos -casi todos-
que a los conservadores no les interesa.
Sus motivos tendrán…

El CGPJ tiene que ser, por ley, independiente, Y no lo es

Una democracia fuerte tiene que tener una Justicia rápida, eficaz e independiente.

Las dictaduras se caracterizan y se apoyan, precisamente en la falta de justicia, o en una justicia al servicio
exclusivo de los dictadores.
Afortunadamente, en España, tenemos grandes jueces con una preparación jurídica inmejorable y por
supuesto independientes y profesionales, pero si no se les da los medios humanos y materiales necesarios
para cumplir su trabajo lo que se hace es empujarlos a irse a trabajar a los grandes despachos de abogados.

El banco de nuestra democracia tiene que tener las tres patas iguales, fuertes, consolidadas.

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