Argentina atraviesa momentos de conmoción tras el hallazgo de los cuerpos de Brenda del Castillo y Morena Verdi, ambas de 20 años, y de Lara Morena Gutiérrez, de 15, en Florencio Varela, al sur del conurbano bonaerense. Las tres jóvenes fueron secuestradas, torturadas y descuartizadas presuntamente por una organización vinculada al narcotráfico. El gobernador Axel Kicillof afirmó que “todo indica que fue un acto de venganza de un grupo narco internacional, con base en la ciudad de Buenos Aires”.
La brutalidad del caso ha generado indignación en la sociedad argentina, no solo por el crimen en sí, sino porque los agresores transmitieron en directo la tortura y asesinato de las víctimas. Según las autoridades, el streaming fue realizado en un grupo cerrado como “acto de disciplinamiento” para integrantes de la propia banda. En uno de los vídeos, un jefe criminal grita: “¡Esto le pasa al que me roba droga!”. Por el momento, hay cuatro detenidos y la policía busca a ‘Pequeño J’, un joven peruano de 23 años señalado como autor intelectual.
Los cuerpos fueron hallados enterrados y descuartizados en el terreno de una vivienda ubicada a 45 kilómetros de Ciudad Evita, donde las jóvenes habían sido vistas por última vez. Entre los arrestados se encuentran un hombre y una mujer capturados en el lugar, además de la pareja propietaria de la casa. El macabro hallazgo confirmó los peores temores de los familiares, que denunciaron la desaparición días atrás.
El crimen desencadenó una ola de manifestaciones en más de una decena de ciudades del país. El movimiento Ni Una Menos, surgido en 2015 contra la violencia de género, lideró las concentraciones bajo el lema Ni una menos, vivas nos queremos. En Buenos Aires, la Plaza Flores se convirtió en epicentro de la protesta, donde miles de personas alzaron pancartas y exigieron justicia, responsabilizando al Gobierno de Javier Milei y denunciando que “el antifeminismo de Estado y el ajuste son letales”.
Los testimonios de las movilizaciones reflejaron el dolor y la rabia social. “Hoy nos faltan tres pibas, pero la violencia es constante”, expresó Antonella Polti, docente y militante feminista. A su vez, Nina Brugo, referente histórica de Ni Una Menos, subrayó: “Nosotras no vamos a permitir que siga sucediendo esto. Nuestras vidas están en juego y las cuidaremos”.
Desde el plano político, Kicillof advirtió de que este crimen no es un hecho aislado, sino un reflejo del vínculo entre narcotráfico y violencia machista. “El narcotráfico no conoce de fronteras ni jurisdicciones y ejerce todas las formas de violencia machista”, escribió el gobernador en X, reforzando la idea de que la lucha contra este flagelo requiere un esfuerzo conjunto entre sociedad y autoridades.