La actriz destaca cómo el proceso creativo la ayudó a confrontar sus propias emociones
La película Maria, dirigida por Pablo Larraín, retrata los últimos días de la icónica soprano Maria Callas, quien falleció a los 53 años en 1977. En esta interpretación, Angelina Jolie da vida a la artista griega-estadounidense, encarnando no solo su figura pública como diva de la ópera, sino también la intimidad y complejidad de su vida personal. El filme, que se estrenará en streaming el 11 de diciembre tras su paso por cines, busca explorar las emociones y conflictos internos de Callas mientras redescubre su identidad.
Angelina Jolie, quien no tiene experiencia previa en canto, admite que asumir el rol fue un desafío emocional y físico. Según declaró, el proceso de “abrirse” para interpretar a Callas le permitió redescubrir aspectos profundos de sí misma. Aunque no intenta replicar exactamente la voz de la soprano, Jolie aporta su propia interpretación emocional, combinada con grabaciones de archivo para crear una experiencia auténtica. Maria ha sido descrita como su actuación más destacada en años, consolidando su regreso a la gran pantalla tras un periodo dedicado a su familia y a la dirección cinematográfica.
La vida de Callas y Jolie parecen entrelazarse en su exploración de la soledad y la carga de la fama. Larraín destacó la conexión entre ambas mujeres, describiendo a Jolie como una figura con un magnetismo y un misterio similar al de la soprano. La actriz, por su parte, reflexionó sobre cómo el proceso creativo la ayudó a confrontar sus propias emociones, compartiendo que incluso sus hijos participaron en la producción y presenciaron una faceta de ella que no conocían, según El Diario de Chihuahua.
Maria se suma a los retratos femeninos que Larraín ha realizado de íconos del siglo XX, como Jackie y Spencer. Al centrarse en momentos clave de crisis en lugar de biografías convencionales, el filme ofrece una visión íntima de la artista. Para Jolie, esta experiencia también significó una nueva apreciación por la ópera y su poder sanador. “Es un arte que se encuentra con la profundidad del dolor y la pérdida”, expresó, destacando la conexión emocional que encontró al interpretar a Callas.