Hartos de la parejita y sus padrinos

RAFAEL FRAGUAS

El robo en Alicante del ordenador de Guadalupe Sánchez, abogada de la pareja de Isabel Díaz Ayuso -¡madre mía, otra vez esta señora y su novio!- parece la broma culminante de las que nos regala tan frecuentemente la prolija actualidad judicial española. Ahora resulta que el depósito informático de pruebas que conciernen a las actividades de Alberto González Amador, cuatro largos años sin declarar ante la jueza, ha sido sustraído por tres marroquíes detenidos cuando estaban en Algeciras a punto de embarcarse hacia Marruecos. Estos podían haber borrado o extraído ya sus archivos e impedir su volcado, por ejemplo, de no haber sido detectados a tiempo por un agente que, tal vez sin darse cuenta, asumió el riesgo de ser fuertemente amonestado, quizá, por algún togado incómodo por el hallazgo. Volcado del ordenador de la letrada al que, mucho nos tememos muchos, no asistiremos nunca.

Más aplazamientos

Al parecer, a determinados magistrados solo les interesan los volcados de ordenadores o teléfonos de personas de alguna manera, familiares incluidos, vinculadas al Gobierno de la Nación. Se dice a pie de calle en Madrid que están muy ocupados en gestionar los aplazamientos de comparecencia ante la jueza al mentado González Amador, que se escabulle una vez más “por un viaje de trabajo”. Iba a presentarse el 7 de febrero, pero ya no será posible.

La jueza le ha dado vía libre para que viaje al extranjero. Curioso permiso cuando se le abre otra indagación por regalos suyos a la esposa de un gerifalte de un poderoso consorcio médico. Tal vez la nueva fecha coincida con algún pico mediático de otra naturaleza, política por ejemplo, en la ofensiva declarada abiertamente por jueces, presuntamente prevaricadores, contra el Poder Ejecutivo. La egregia compañera del autoconvicto delincuente fiscal, González Amador, según sugería un reciente meme, parece haber abierto una Oficina de Defensa de su Novio.

¡Qué sarcasmo!: se demora la presencia ante un tribunal de un delincuente fiscal confeso, pero se vuelca el contenido del teléfono personal del Fiscal General del Estado. No tiene precedente en la democracia española la humillación a la que está siendo sometida una autoridad estatal, el principal Instructor del Estado, que representa a toda la sociedad en la lucha contra el crimen y la delincuencia. Y ello se hace sobre la base de presunciones, no probadas, de la policía judicial, una unidad de la Guardia Civil, sin que hasta el momento medien en contra del Fiscal General más que indicios sin pruebas fehacientes sobre una tan supuesta como extraña filtración concerniente, una vez más, a asuntos de dineros y cuitas del novio de Isabel Díaz Ayuso.

Pitorreo prevaricador

Los ciudadanos de este país, estamos hartos de las vicisitudes de la parejita. Sin embargo, asistimos perplejos al pitorreo prevaricador que algunos jueces se traen no solo con sus investigados sin pruebas, nunca encausados, sino también con todos nosotros.

La esposa del presidente del Gobierno es otra de las personas en el punto de mira de jueces que quieren convertir en pruebas lo que, hasta el momento, son meros indicios o directamente, falsedades. ¿Hasta cuándo vamos a aguantar la inequidad, la irresponsabilidad y la parcialidad de jueces promocionados en su día por el PP o afectos a este partido, como el togado que se niega a admitir tres testimonio, tres pruebas, tres, de otros tantos periodistas, cuyos argumentos desmontan el montaje que se perpetra contra el Fiscal General del Estado, dentro de una Causa general contra el Gobierno legítimo de España?.

Millones de españoles estamos hartos de la señora que dice gobernar en Madrid, cuando lo evidente es que solo le interesa atacar ininterrumpidamente al Gobierno, en especial al Presidente -nunca le escuchamos pronunciar la palabra Madrid- y que, en realidad, no hace ni dice nada a favor de los madrileños.

Es criterio generalizado que esta señora, tan obsesionada con el jefe del Gabinete ministerial, o se dedica en cuerpo y alma a insultarle o bien, mira hacia los milmillonarios venezolanos o mexicanos que acuden a sus faldones para no pagar un bolívar o un peso de impuestos en sus países de origen, de donde se han exiliado “fiscalmente”. Habrá que ver si la Junta Electoral Central se atreve a investigar si unos u otros sobrefinancian o no las campañas electorales. Precedentes de este jaez en el Partido Popular abundan, donde ordenadores como el del tesorero Bárcenas, sufrieron raras manipulaciones, posiblemente a martillazos.

Para decenas de miles de madrileños ella parece gobernar mirando hoy a los ricos, a los dueños de la urbanamente tóxica Fórmula 1, a los omnipotentes consorcios médicos conectados -de nuevo él- a su pareja, por cierto, como en su día gobernó mirando solo para los hoteleros/restauradores: mientras, el cielo de Madrid se ensombrecía con el humo oscuro procedente de los crematorios donde se incineraba a los 7291 ancianos muertos en abandono por inacción o premeditación -quién sabe aún, los jueces no proceden todavía- de la autoridad regional a la que concierne hoy y concernía entonces, por ley, la plena responsabilidad de la Sanidad madrileña.

Dolorosamente hartos de estos episodios recurrentes y obsesivos estamos centenares de miles de madrileños y madrileñas desde que esta señora llegó al Gobierno regional en vísperas de una crisis anímica colectiva agudísima causada por la mortífera pandemia. Muy poco después, ya comenzó a insultar al Gobierno legítimo de la nación y a permitir que su machaca personal, el tal Rodríguez, hijuelo de José María Aznar, malmeta, enrede y emponzoñe la vida política local, regional y nacional, degradándola cada día con un ardid, una trampa artera o una marrullería.

Un tal Enrique López, que fue Consejero de Justicia, asesor “jurídico” personal de Isabel Díaz Ayuso, parece ser su contacto con el Poder Judicial, donde consigue imponer la agenda de su jefa, cuya carrera política se ve versada, aún impotentemente, hacia la cima del PP.

Si es en verdad la titular del gobierno regional, que se implique en gobernar Madrid para todos y todas, no para unos pocos millonarios que, por cierto, se están quedando con barrios enteros de distritos como Salamanca, Chamberí o Chamartín.

Imaginemos

Imaginemos un escenario consecutivo sobre lo que pudo haber sucedido con el robo en Alicante: pensemos que los datos del ordenador robado a la abogada de González Amador caen en manos del… servicio de Inteligencia marroquí. Un nuevo instrumento para que Rabat se inmiscuya en asuntos españoles, de una u otra manera.

Allí, las autoridades están muy creciditas al saber que cuentan con el apoyo incondicional de quien gobierna en Washington a partir del 20 de enero, Donald Trump. Ese señor, que actúa a petición del ominoso y criminal Benjamín Nethanyahu por su interés en atraerse a Marruecos a su política de pactos con Gobiernos árabes corruptos, al parecer sigue pensando que fue Marruecos el primer Estado que reconoció a los nacientes Estados Unidos de América, hace 300 años.

Pero desconoce que, previamente a su independencia, sin el apoyo militar y diplomático de España, desde Manuel Godoy, bajo el reinado de Carlos IV en adelante, la emergente nación transoceánica, jamás se hubieran liberado del yugo imperial británico. A ver si alguien se lo hace ver al señor del rubio tupé.

¿Por qué no aprovecha su viaje el novio de la señora que, para liar más las cosas, se niega a admitir la aplicación de una ley estatal al hecho de que habita en un edificio, la antigua Dirección General de Seguridad, en plena Puerta del Sol, que fue centro de represión, tortura y muerte durante 40 años y, por consiguiente, Lugar de Memoria Histórica y Democrática? Calma, piden personas más sensatas: solo faltaba que las cuitas de esta pareja llegaran a la avenida de Pensilvania, para desnortar aún más al caballerete que acaba de reinstalarse en la Casa Blanca.