Nicole Kimpel desvela el motivo por el que todavía no comienzan las obras de la nueva casa del actor malagueño
Dos semanas después de que la revista Lecturas revelara que Antonio Banderas ha derribado su chalet de Marbella, La Gaviota, construido en un terreno ilegal durante el mandato de Jesús Gil y que el actor compró a los herederos de la locutora Encarna Sánchez tras su fallecimiento en 1997, el protagonista de El Zorro ha hecho declaraciones sobre este polémico asunto.
Lo ha hecho durante la XV Gala solidaria Starlite que se ha celebrado en la localidad malagueña y en la que, una vez más, ha ejercido de anfitrión junto a Sandra García-Sanjuán. Y lo primero que ha hecho ha sido asegurar: “No me la han tirado”, dejando claro que fue él quien, tras dos décadas de batalla legal contra el Ayuntamiento de Marbella y el Tribunal Supremo, ha decidido tirar la casa abajo con la intención de construir una nueva residencia que cumpla con la legalidad tras solicitar una licencia para comenzar las obras.
“Me estoy haciendo una casa, es lo primero que voy a decir en el escenario esta noche. A mí no me han tirado la casa” ha zanjado, evitando confirmar qué hay de cierto en los rumores de que podría construirse una vivienda prefabricada como la que instaló a las afueras de Londres cuando residió en la capital británica.
Muy discreto, Antonio no ha querido entrar más en el derribo de su chalet, aunque sí ha adelantado sus planes de futuro más inmediatos, que pasan por abandonar Málaga y España: “Me voy a Broadway el año que viene, un año entero, a Nueva York, realizaré una nueva obra de teatro de la que pronto esperamos conocer más detalles”, sostiene.
Su novia, Nicole Kimpel, ha revelado por su parte el motivo por el que todavía no han comenzado las obras de la nueva casa de Banderas. “No se puede hacer obra durante el verano. Esperar un poco, que la gente disfrute, que estén de vacaciones y, como todos, no queremos ruidos de obras, explicó con una sonrisa.