Alarma entre los jueces de Madrid ante la avalancha de agresiones sexuales en las que la víctima no recuerda nada de lo sucedido

La policía estrecha el cerco a grupos de migrantes del norte de África que se caracterizan por cometer ataques sexuales y acciones muy violentas

Es raro el día en que no se cometen siete u ocho ataques sexuales en la Comunidad de Madrid, y especialmente en la capital.

Entre los jueces de la plaza de Castilla cunde la preocupación ante la avalancha de atestados por abusos y agresiones sexuales que llegan a sus juzgados en atestados del Cuerpo Nacional de Policía.

Y lo que inquieta aun más a los jueces es que muchas de las víctimas que han sido objeto de agresión sexual no recuerdan absolutamente nada de lo sucedido.

Por ejemplo, una chica estaba, entrada la noche, en su casa en un barrio de Madrid y vio gente, muchos de ellos jóvenes, divirtiéndose en la calle. Y sintió ganas de salir y unirse a ellos para cantar. Es un reciente hecho, real, investigado por la policía.

No sabe cómo, o eso al menos explicó al juez la chica, al clarear el día se vio desnuda sobre el césped de una zona ajardinada de un parque junto a un joven norteafricano.

No conocía de nada al joven, de en tormo a 30 años, ni sabía cómo había llegado ella hasta allí, y por qué estaba desnuda. La chica tiene 33 años. Y contó al juez que apenas había bebido nada, algún trago que le ofrecieron, y que no recordaba cuándo había sido llevada allí ni desnudada ni menos aún haber mantenido relaciones sexuales. Ni con cuantas personas.

Solo sabe que al irse a casa se sentía «muy mal, sucia…», como si hubieran abusado de ella toda la noche sin ella enterarse. Ni cuántas personas le tocaron.

Los casos de ingesta de burundanga y otros químicos vertidos en la bebida en descuidos son muy comunes en la capital, señalan fuentes judiciales. Y no solo en discotecas, también en espacios públicos. «Si se pide una consumición, no hay que perder el vaso de vista nunca», señalan estas fuentes.

La mayoría de los detenidos por estos hechos (la policía muchas veces tiene que acudir a las cámaras de seguridad para identificarles, ya que las víctimas no recuerdan nada o casi nada) son mayoritariamente de origen marroquí, según fuentes de los juzgados de la plaza de Castilla.

«Es una realidad, por mucho que desde el Gobierno se trate de ocultar estos datos. Y otra realidad, que vemos a diario en los juzgados, es que las acciones más violentas las cometen ciudadanos marroquíes y otros del norte de África», asegura un magistrado de Madrid.

«O al menos», señala, «los detenidos que nos trae aquí la policía por ataques sexuales y violencia extrema en las calles son en gran parte de esa nacionalidad», añade el juez, que discrepa de que se aborde «como delito de odio la constatación de un hecho verídico que, lógicamente, no abarca a una comunidad pero sí a individuos concretos de la misma».

Buena parte de las agresiones sexuales grupales que también se están perpetrando en Madrid proceden de este colectivo, y el número de agresiones crece exponencialmente.

«Lamentablemente, parece que la enorme difusión que se le dio al ataque sexual grupal de La Manada, con la consiguiente condena, en este caso de españoles, lejos de amedrentar y tener un efecto disuasor, se ha extendido y cada vez son más las agresiones de este tipo que se registran, tanto entre jóvenes españoles como entre estos y migrantes», asegura la misma fuente judicial.

Identificaciones

Otro hecho que preocupa especialmente al Cuerpo Nacional de Policía es la extrema violencia, al margen de ataques sexuales, en que suelen incurrir ciudadanos del norte de África, especialmente del país vecino, asentados en Madrid.

«No queremos que este tipo de violencia se apodere de las calles de Madrid, donde en general y hasta ahora se venía respirando un clima de seguridad reconocido incluso por los turistas que nos visitan», señala una fuente policial.

Por eso se ha dado orden a los agentes para que presten especial atención a estos colectivos y efectúen las identificaciones necesarias con el fin de que se tenga constancia de que hay vigilancia casi permanente y que los delincuentes no van a quedar impunes.

No es esta la única vez en que los jueces de Madrid aprecian un incremento de agresiones sexuales en Madrid. El último Balance Trimestral de la Criminalidad, correspondiente a los tres primeros meses de 2024, ya contenía datos alarmantes.

Los delitos contra la libertad sexual en la Comunidad de Madrid crecieron un 9,7% en los tres primeros meses de 2023, pasando de 621 durante el primer trimestre del año pasado a 681 durante el mismo periodo de este año. De media, esto supone que en Madrid se consuman casi ocho delitos contra la libertad sexual cada día.

Y las cifras no parecen detenerse.