Hoy: 3 de diciembre de 2024
Un reciente estudio del ADN extraído de chicles que datan de hace 10.000 años, recuperados en la costa de Escandinavia, revela detalles fascinantes sobre la dieta de quienes los masticaron. Los análisis indican que los restos pertenecían a personas que incluían ciervos, truchas y avellanas en su alimentación.
En este sentido, adicionalmente, los resultados del estudio también revelaron que uno de los individuos tenía problemas dentales. Hace aproximadamente 9.700 años, un grupo de personas acampaba en la costa occidental de Escandinavia, realizando actividades como la pesca, caza y recolección de recursos. Se descubrió que algunos adolescentes, tanto niños como niñas, masticaban resina para producir pegamento después de consumir alimentos como truchas, ciervos y avellanas.
No obstante, un equipo internacional de investigación ha llevado a cabo el análisis de la resina masticada en el yacimiento de Huseby Klev durante un extenso periodo. Según el Dr. Emrah Kirdök, del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Mersin, quien coordinó el trabajo metagenómico sobre el chicle del Mesolítico, la resina proporciona una rica fuente de información genética, incluyendo bacterias asociadas a la periodontitis y ADN de plantas y animales.
El yacimiento Huseby Klev, excavado hace 30 años en la isla de Orust, reveló una resina masticada junto con herramientas de piedra en un contexto datado hace 9.700 años. Los estudios genéticos humanos y el análisis de ADN no humano han explorado el material masticado, generando importantes descubrimientos.
La identificación de las especies presentes en la mezcla de ADN encontrada en estos chicles mesolíticos fue un desafío, según el Dr. Andrés Aravena del Departamento de Biología Molecular y Genética de la Universidad de Estambul. La metagenómica del ADN antiguo es un campo en crecimiento, y este estudio proporciona una instantánea única de la vida de cazadores-recolectores en la costa escandinava hace 9.700 años.
El profesor Anders Götherström, director del proyecto en el Centro de Paleogenética de la Universidad de Estocolmo y el Museo Sueco de Historia Natural, destacó la sorprendente revelación de la dieta de estos adolescentes hace miles de años, demostrando que consumían ciervos, truchas y avellanas, mientras al menos uno de ellos enfrentaba problemas dentales graves.