Hoy: 25 de noviembre de 2024
Un total de 951 personas migrantes han muerto en la primera mitad de año en la frontera occidental euroafricana, intentando alcanzar las islas o las costas españolas, según el Informe Derecho a la Vida en la Frontera 2023 del colectivo Ca-minando Fronteras.
En concreto, según los datos correspondientes a los primeros seis meses del año, 19 embarcaciones desaparecieron con todas las personas a bordo y 112 mujeres y 49 niños y niñas perdieron la vida en el mar.
Los migrantes intentaban llegar a España por cuatro rutas diferentes: la ruta canaria, la ruta de Alborán, la ruta argelina y la ruta del Estrecho.
Del informe se desprende que la mayoría de las víctimas se han registrado en la ruta canaria, donde hasta 778 personas han muerto en las 28 tragedias sucedidas. Por su parte, en la ruta de Alborán, las dos tragedias documentadas en este período elevan a 21 las personas fallecidas.
En cuanto a la ruta argelina, Ca-minando Fronteras contabiliza ocho tragedias que provocaron 102 víctimas, y en el Estrecho, 11 tragedias dejaron 50 personas fallecidas.
Por meses, febrero y junio concentran la mayoría de víctimas, con 237 y 332 personas, respectivamente. En promedio, durante el primer semestre de 2023, perdieron la vida cinco personas al día.
Entre las causas, Ca-minando Fronteras señala “la omisión del deber de socorro, la demora en la activación de medios de búsqueda y rescate, la insuficiencia de los medios cuando estos son activados, las malas prácticas durante los rescates y la falta de coordinación entre los Estados español y marroquí”.
Asimismo, denuncia que se han documentado casos de “vulneraciones de los derechos humanos” de las víctimas y de sus familias. En concreto, indica que los supervivientes “han sufrido detenciones, desplazamientos forzosos, ataques físicos y retenciones en aplicación de la ley de extranjería”.
Además, apunta que las víctimas desaparecidas “han sufrido la negación del derecho a ser buscadas” y que las víctimas cuyos cuerpos fueron encontrados “sufrieron enterramientos en fosas comunes, carencia de protocolos de identificación con garantías y ausencia de enterramientos dignos que respetasen las creencias que practicaban en vida”.
“Las políticas de muerte llevan mucho tiempo instaladas en la frontera. Pero además detectamos un incremento de la impunidad frente al aumento de las tasas de mortalidad, que deja sin acceso a la reparación y a la justicia de las víctimas y sus familiares”, ha subrayado la coordinadora de Ca-minando Fronteras, Helena Maleno.