Pilar Eyre nunca ha sido una autora indiferente. Periodista incisiva y novelista apasionada, ha dedicado gran parte de su carrera a explorar los entresijos de la historia reciente de España, especialmente a través de sus protagonistas más controvertidos. Su último gran hito ha sido ver Ena, la novela que dedicó a la reina Victoria Eugenia, convertida en una miniserie estrenada por TVE. Para Eyre, este proyecto es la culminación de años de investigación y fascinación por una figura que, pese a su relevancia, durante mucho tiempo se mantuvo en la sombra.
La autora explica que Victoria Eugenia la atrapó desde el primer momento. “Era un personaje moderno, desconocido y con una historia humana enorme”, comenta. No solo investigó su papel como reina, sino también su vida íntima, sus luchas y el peso emocional que cargó como esposa de Alfonso XIII. Eyre recuerda que la propia Ena vivía entre la admiración por el rol de su marido como rey y la frustración por su comportamiento personal. Las infidelidades y la conocida “satiriasis” del monarca marcaron profundamente su vida y, según Eyre, dejaron una huella que habría llegado incluso a su nieto, el rey Juan Carlos. “Felipe, no”, puntualiza siempre con ironía, subrayando el contraste generacional dentro de la familia real.
El éxito de Ena ha despertado de nuevo el interés por esta figura histórica, hasta el punto de que nombres poco comunes como el suyo vuelven a aparecer en nuevas generaciones. Para Eyre, recuperar a Victoria Eugenia no es solo un ejercicio literario, sino una forma de dar voz a quienes la historia ha relegado al silencio, según Lecturas.
Pero el camino de Pilar Eyre no siempre ha sido fácil. Su trabajo, marcado por investigaciones profundas y opiniones valientes, la ha expuesto a situaciones complicadas. En un testimonio tan sincero como duro, reconoce: “He vivido épocas de ostracismo, he sufrido amenazas, he recibido llamadas intimidatorias e inspecciones de Hacienda”. Sus palabras revelan la presión a la que puede enfrentarse quien decide contar la verdad sin edulcorarla.
Lejos de paralizarla, estas experiencias parecen haber reforzado su compromiso con una escritura honesta. Eyre no solo narra historias: las cuestiona, las contrasta y las humaniza. Por eso, al hablar de las inminentes memorias del rey Juan Carlos, critica con claridad los errores que ha identificado en el libro. A su juicio, muchas omisiones se deben a la falta de conocimiento de su amanuense, lo que ha dado pie a interpretaciones o imprecisiones que no encajan con la realidad histórica.
En medio de todo ello, Pilar Eyre sigue siendo una voz imprescindible. Una mujer que ha vivido la presión, el miedo y el silencio, pero que continúa escribiendo para iluminar aquello que otros preferirían mantener oculto.