El Reino Unido ha dado un paso firme hacia su transición energética. El Gobierno británico presentó un plan nacional que busca crear 400.000 nuevos empleos verdes de aquí a 2030. La meta es duplicar los puestos actuales en el sector de las energías limpias y ofrecer oportunidades laborales en todo el país.
El plan identifica 31 ocupaciones prioritarias, entre ellas fontaneros, electricistas y soldadores. Profesiones clave para impulsar la nueva economía verde. Para ello, se crearán cinco “escuelas técnicas de excelencia”, donde se formará a trabajadores en habilidades especializadas relacionadas con la energía solar, eólica y nuclear.
Además, el Gobierno ha diseñado programas de inserción para colectivos con dificultades de acceso al empleo. Veteranos, exdelincuentes, jóvenes que abandonaron los estudios y personas desempleadas podrán acceder a formación adaptada. La idea es que nadie se quede atrás en el cambio hacia un modelo energético más sostenible.
El ministro de Energía, Ed Miliband, destacó que “las comunidades llevan mucho tiempo reclamando una nueva generación de buenos empleos industriales”. Según afirmó, el auge de las energías limpias puede responder a esa demanda y ofrecer trabajo estable en regiones afectadas por la pérdida de empleos tradicionales.
El plan también busca apoyar la reconversión de los trabajadores del petróleo y el gas. El Gobierno destinará 20 millones de libras, unos 25 millones de euros, para financiar su formación en ocupaciones relacionadas con las energías renovables.
Los proyectos ya en marcha reflejan la magnitud del cambio. La construcción de la central nuclear Sizewell C, en Suffolk, generará 10.000 empleos en su punto máximo de actividad. Además, Rolls-Royce ha sido elegida como licitador principal para desarrollar reactores modulares pequeños, una tecnología que podría crear hasta 3.000 nuevos puestos.
El crecimiento no se limita a la energía nuclear. Las iniciativas de captura y almacenamiento de carbono (CCUS), como los proyectos Acorn y Viking en Escocia y el noreste del país, añadirán 35.000 empleos más. Estas cifras se suman a los 4.000 puestos ya creados en otros proyectos similares en el noroeste y Teesside.
Con esta estrategia, el Reino Unido no solo avanza hacia sus objetivos de neutralidad climática, sino que también impulsa su economía. La transición energética se convierte así en una oportunidad de futuro para miles de trabajadores y en un motor clave de crecimiento sostenible.