Hoy: 26 de diciembre de 2024
En el marco del décimo aniversario de su proclamación, el Rey Felipe VI ha ofrecido su tradicional Mensaje de Nochebuena desde el Palacio Real, específicamente desde el Salón de Columnas, un lugar emblemático vinculado a importantes acontecimientos históricos y momentos clave de su reinado. Durante su intervención, el Monarca ha apelado a la necesidad de consensos, ha lanzado un mensaje claro a los políticos, ha defendido los valores de la Constitución y ha recordado la tragedia provocada por la dana.
El Rey comenzó su discurso expresando su solidaridad con las víctimas de las inundaciones de la dana, en las que 223 personas perdieron la vida. También dedicó unas palabras a quienes han perdido sus hogares o no podrán celebrar la Navidad en ellos. “Las personas que perdieron la vida y los desaparecidos merecen todo nuestro respeto y no debemos olvidar nunca el dolor y la tristeza que han dejado en sus familias”. Felipe VI aseguró que tanto él como la Reina han percibido “la frustración, el dolor, la impaciencia, las demandas de una coordinación mayor y más eficaz de las administraciones”, explicando que todas estas emociones “surgen de una misma raíz: la conciencia del bien común”.
Además, valoró la solidaridad demostrada por la sociedad española y subrayó que esta debe “siga presente en cada gesto, en cada acción, en cada decisión”. También destacó la labor de vecinos, voluntarios, servicios de emergencia, bomberos, ONGs, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y militares, afirmando que sus esfuerzos han demostrado que “por encima de las eventuales divergencias y desencuentros, prevalece en la sociedad española una idea nítida de lo que conviene, de lo que a todos beneficia y que, por eso, tenemos el interés y la responsabilidad de protegerlo y reforzarlo”. Recalcó que este bien común debe “reflejarse con claridad en cualquier discurso o cualquier decisión política” y señaló que es responsabilidad de todas las instituciones públicas.
En su discurso, el Rey insistió nuevamente en la importancia de los consensos, afirmando que estos deben alcanzarse “en torno a lo esencial, no sólo como resultado, sino también como práctica constante”. Enfatizó que los consensos deben “orientar siempre la esfera de lo público, no para evitar la diversidad de opiniones, legítima y necesaria en democracia, sino para impedir que esa diversidad derive en la negación de la existencia de un espacio compartido”.
Como en ocasiones anteriores, Felipe VI defendió con firmeza la Constitución, destacando tanto su “letra como su espíritu” y argumentando que, a pesar de los años transcurridos, “la concordia de la que fue fruto sigue siendo nuestro gran cimiento”. Señaló que trabajar por el bien común implica “preservar precisamente el gran pacto de convivencia donde se afirma nuestra democracia y se consagran nuestros derechos y libertades”. Llamó a conservar ese “espíritu de consenso” como herramienta para “fortalecer nuestras instituciones y mantener en ellas la confianza de toda la sociedad”.
En un contexto político marcado por el desencuentro y la crispación, donde los principales partidos han mantenido un distanciamiento durante el último año, el Monarca hizo un llamamiento al “diálogo con altura y generosidad”. Subrayó que este diálogo debe “nutrir la definición de la voluntad común y la acción del Estado”. Además, advirtió que “la contienda política, legítima, pero en ocasiones atronadora, no debe impedir escuchar una demanda aún más clamorosa: una demanda de serenidad”. Reivindicó la importancia de esta serenidad tanto en la esfera pública como en la vida cotidiana para abordar los retos colectivos e individuales. A modo de ejemplo, mencionó la reforma del artículo 49 de la Constitución, que afecta a las personas con discapacidad, como un logro significativo derivado del consenso. “No podemos permitir que la discordia se convierta en un constante ruido de fondo que impida escuchar el auténtico pulso de la ciudadanía”, afirmó.
El Rey también abordó dos cuestiones que preocupan especialmente a los españoles: la inmigración y la vivienda. Respecto a la inmigración, advirtió que “las migraciones pueden derivar –sin la gestión adecuada– en tensiones que erosionen la cohesión social”. Abogó por el respeto a las leyes y las normas básicas de convivencia como pilares para abordar este desafío, al mismo tiempo que pidió combatir las redes y mafias que trafican con personas. En cuanto a la vivienda, reconoció que es una problemática que “preocupa tanto a los jóvenes” e instó a todos los actores implicados a reflexionar y buscar soluciones que faciliten el acceso a una vivienda en condiciones asumibles. “Realmente podemos hacerlo”, concluyó.
En el tramo final de su mensaje, el Monarca destacó que “España es un gran país” y aseguró que “los españoles tenemos un enorme potencial que nos debe infundir esperanza, tanto en el plano nacional como en la escena internacional”. También resaltó el papel de la juventud como clave para el futuro. Mencionó su papel en los Juegos Olímpicos, su capacidad emprendedora y su esfuerzo para superar obstáculos, destacando que “nos ha llenado de orgullo acudiendo en masa para dar lo mejor de sí en las calles de los pueblos afectados por la dana”. Con estas palabras, el Rey cerró un discurso cargado de mensajes de unidad, consenso y confianza en el futuro.
🔴 #EnDirecto | Mensaje de Navidad de Su Majestad el Rey 2024.#MensajeNavidadRey
— Casa de S.M. el Rey (@CasaReal) December 24, 2024
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