Hoy: 2 de diciembre de 2024
Hace apenas dos décadas, China tenía poca capacidad para fabricar automóviles y, para sus ciudadanos, poseer uno se consideraba una novedad. Pero a día de hoy, China produce y exporta más automóviles que cualquier otro país del mundo.
Hay que tener en cuenta que solo el mercado interno de ventas de automóviles de China, es el más grande del mundo: casi tan grande como los mercados estadounidense y europeo juntos.
Muchos países, entre los que destaca Estados Unidos, aplican aranceles adicionales a los vehículos eléctricos chinos, pero las ventajas que tiene China en la fabricación de automóviles, hacen poco probable que esta reacción socave su dominio. Tras su reciente victoria, el presidente electo Donald J. Trump ha prometido imponer nuevos aranceles a China.
A medida que el mercado interno chino crecía, también lo hacía su capacidad de producción, impulsada por una enorme inversión gubernamental y por avances sin precedentes en materia de automatización. Sin embargo, en los últimos años, el ritmo de las ventas se ha ralentizado a medida que el gasto de los consumidores se desacelera en el contexto de la crisis económica china.
El resultado es que hoy China tiene la capacidad de fabricar casi el doble de automóviles de los que necesitan sus consumidores. Y para hacer frente a este exceso, China ha mirado cada vez más al exterior para vender automóviles.
Así, el gigante asiático es líder en la transición a los vehículos eléctricos y exporta más que cualquier otro país. Algunas marcas como BYD se están volviendo conocidas en todo el mundo por ofrecer vehículos eléctricos avanzados a los precios más competitivos.
Debido a esto, los conductores chinos han pasado rápidamente a los vehículos eléctricos. Haciendo que los fabricantes de coches se hayan visto obligados a reducir los precios de los coches de gasolina no deseados y a venderlos en el extranjero.
El año pasado, la mayoría de los coches que China vendió en el extranjero eran coches tradicionales con motor de gasolina. Rusia fue el principal destino. Las ventas aumentaron tras la invasión de Ucrania, en parte debido a la salida de las marcas occidentales del mercado ruso.
Los automóviles de gasolina de China también fueron favorecidos por los países de ingresos medios y bajos de América Latina y Medio Oriente por su relación costo-beneficio.
Ante el aumento de estas exportaciones, los socios comerciales de China dicen que ponen en peligro millones de puestos de trabajo y amenazan a las grandes empresas. A principios de 2024, Estados Unidos y la Unión Europea impusieron nuevos aranceles significativos a los automóviles eléctricos procedentes de China.
Los gobiernos están preocupados porque la industria automotriz desempeña un papel importante en la seguridad nacional, ya que produce tanques, vehículos blindados de transporte de personal, camiones de carga y otros vehículos.
Es más, China ha utilizado elevados aranceles y otros impuestos como barrera a las importaciones de automóviles, de modo que prácticamente todos los automóviles que se venden en China se fabrican en China.
China ha invertido mucho durante más de 15 años en el desarrollo de automóviles eléctricos, para limitar su dependencia del petróleo importado. El primer ministro de China entre 2003 y 2013, Wen Jiabao, hizo de los automóviles eléctricos una de sus mayores prioridades.
En 2007, se acercó a personas ajenas al Partido Comunista para elegir a Wan Gang, un exingeniero de Audi nacido en Shanghái en Alemania, como ministro de Ciencia y Tecnología del país. Wen le dio esencialmente un cheque en blanco para convertir a China en el líder mundial en automóviles eléctricos.
Se proyecta que China continuará con sus fuertes inversiones y conservará su liderazgo en vehículos eléctricos.
El año pasado, China vendió 1,7 millones de coches eléctricos al exterior, casi un 50% más que el siguiente mayor exportador, Alemania. Desde 2020, los envíos se han disparado. El principal destino es Europa, donde los consumidores prefieren modelos pequeños y compactos como los que se venden en China.
El sudeste asiático es otro gran mercado, donde los compradores prefieren cada vez más los coches chinos por sus precios más baratos.
China también exporta una cantidad pequeña, pero en rápido crecimiento, de automóviles híbridos enchufables. Los híbridos son particularmente populares entre los compradores que quizás no tengan acceso a redes de carga extensas, pero aun así desean automóviles eléctricos para viajes cortos.
Hasta hace poco, los compradores de vehículos eléctricos recibían grandes subsidios del gobierno. Los fabricantes de automóviles han recibido préstamos a bajo interés de bancos controlados por el Estado para construir docenas de fábricas, así como exenciones fiscales gubernamentales y terrenos y electricidad baratos.
Según una estimación, la ayuda de Pekín a los sectores de los vehículos eléctricos y las baterías de China ha ascendido a más de 230.000 millones de dólares desde 2009, una de las razones por las que la Unión Europea ha impuesto aranceles antisubvenciones.
Frenar a China
La avalancha de coches chinos en el mercado mundial ha hecho sonar las alarmas en todo el mundo. Además de la Unión Europea, otros gobiernos han impuesto aranceles adicionales a los coches eléctricos procedentes de China, además de los impuestos básicos que ya se aplican a todos los vehículos importados.
Los aranceles de los países se presentan en diferentes formas. El gobierno de Estados Unidos impuso un impuesto fijo. La Unión Europea calculó una tasa para cada fabricante de automóviles en función de los subsidios estimados que la empresa ha recibido de las agencias gubernamentales chinas y los bancos controlados por el Estado. India y Brasil también buscan proteger sus industrias locales.
Dadas las ventajas que tiene China en la fabricación de automóviles, es poco probable que incluso la creciente resistencia mundial impida que el país domine la industria durante muchos años más.
No pueden compensar totalmente la ventaja competitiva de los fabricantes de automóviles chinos. Las empresas chinas ofrecen automóviles con una calidad similar a la de sus rivales globales y a un costo menor. Los analistas del banco UBS calculan que los automóviles fabricados por BYD cuestan un 30% menos de ensamblar que los automóviles similares fabricados por empresas occidentales.