Hoy: 25 de noviembre de 2024
El tenista Rafa Nadal mostró un desempeño destacado el pasado sábado en la segunda ronda del Mutua Madrid Open, el cuarto Masters 1.000 de la temporada, al derrotar al australiano Alex de Miñaur por un marcador de 7-6(6) y 6-3. En este encuentro, Nadal exhibió una notable recuperación en su juego, tanto en términos físicos como de habilidad, lo que le permitió continuar avanzando con fuerza en el torneo.
Como uno de los favoritos locales y cinco veces campeón en la capital española, Nadal revivió sus mejores momentos al vengarse de su derrota ante De Miñaur la semana pasada en Barcelona. Durante el partido, el tenista español impuso su dominio con una potente y constante derecha, además de mostrar un juego sólido en la red y realizar golpes ganadores con su revés. Su saque estuvo a un buen nivel y demostró una movilidad excepcional en la pista.
En su camino hacia los octavos de final, Nadal se enfrentará el próximo lunes al argentino Pedro Cachín, quien previamente superó al estadounidense Frances Tiafoe. Con esta victoria, Nadal se prepara para otro desafío en el torneo, confiado en mantener su buen momento y continuar avanzando en la competición en busca de un nuevo título en Madrid.
Después del debut ante el adolescente Darwin Blanch, el campeón de 22 grandes dio sin duda un paso al frente en todo, sobre todo en confianza para creer en su recuperación y continuidad sobre las pistas. Arropado por una Manolo Santana a reventar, con el rey Felipe VI entre los espectadores ilustres, Nadal se apuntó un primer set casi dramático y en el segundo mantuvo alta la intensidad.
En su tercer torneo de 2024 y tras un 2023 en blanco, el balear se sintió más tenista el pasado sábado en la Caja Mágica que en casi dos años. Un subidón de fe, porque él mismo no se veía victorioso en la previa, que dejó tensión de inicio. El español rompió de inicio pero después perdió su saque en medio de un calentón con el juez de silla. La prueba de fuego creció con otro break en contra.
Sin embargo, en una semana desde Barcelona, la evolución de Nadal quedó palpable, con un lenguaje ganador en sus gestos porque el cuerpo le respondía. El de Manacor compitió de tú a tú con un Top 10 del mundo y cambió el guion hasta el tie-break. Ahí, con largos intercambios y apretando el puño como mejor señal, el exnúmero uno del mundo tuvo cuatro bolas de set.
De Miñaur demostró sangre fría y calidad para empatar la muerte súbita, pero Nadal se guardó algún truco más en la Caja Mágica para apuntarse un primer set decisivo. De esa fuerza sin duda se ayudó el español, para atacar de nuevo de inicio y caminar sólido con ‘break’ arriba leyendo el partido. El australiano tuvo sus momentos, pero ahí Nadal supo meter una marcha más para seguir mandando.
En el sexto juego rozó el break De Miñaur, pero el de Manacor remontó un 0-30 que rubricó con un peloteo de campeón. No encontró más opciones al resto el español, pero hizo los deberes con golpes que hacía mucho que no sacaba. Nadal empieza a parecerse a Nadal y, palabras mayores, su despedida parece de repente lejana cuando muchos, incluso él mismo o el rey, pensaron que podía ser hoy.