Hoy: 22 de noviembre de 2024
Sumergida por completo en los preparativos de su próxima boda con David Serrato, Irene Villa ha estado fuera del foco mediático durante varios meses. Sin embargo, esta semana tuvimos la oportunidad de conversar con la escritora, quien expresó su felicidad por esta etapa de su vida. Tan contenta está que nos aseguró que todos los detalles para su enlace matrimonial ya están listos.
Irene reveló que ha elegido el vestido de Silvia Fernández para la ceremonia, que tendrá lugar en el Monasterio de La Vid. Sin embargo, aún no planean vivir juntos y tienen una razón de peso para ello.
“A mí me encantaría compartir un hogar, él ha adaptado su casa, vive en Soria y yo tengo tres hijos”, afirmó la escritora. “Pero no es posible debido a la logística y a la situación de mis hijos. El colegio está en Madrid y ellos desean ir a Soria, pero no pueden. Por eso, planeamos pasar algunos días de la semana cada uno en nuestra propia casa y otros juntos”.
Al contrario que muchas relaciones, que lo verían como un problema, Irene nos comentaba que “esto también funciona” porque “a las parejas es mejor echarse de menos que echarse de más. Es algo positivo”.
Sobre el susto de salud que les dio su padre hace algunos meses, Irene nos confesó que “está milagrosamente maravillosamente bien, se va todas las mañanas a la casa de campo con su perra, a correr, a caminar, el tío es muy deportista, siempre lo ha sido y eso lo ha salvado, por eso promuevo el deporte, a todo el mundo se lo digo, somos agua, el agua tiene que correr como en las cascadas y ríos y no se puede estancar porque se pudre”.
Además, nos desvelaba que será él quien ejerza de padrino: “Él está emocionado, al principio decía, como mi madre, que te casas otra vez, estás loca como dice mi madre siempre, una y no más santo Tomás. Si la vida te da otra oportunidad, por qué no”.
Por último, le preguntábamos por su luna de miel y nos desvelaba que “yo quería Japón, pero de momento nos vamos a México. No está nada mal, amo México, me unen muchísimas cosas”. Tal y como nos comentaba ella, fue “en México pedí que viniese David, me dijeron esta virgen es milagrosa, me trajo a mi mujer, yo pedí al hombre de mi vida, fuimos allí, le pedí tal y cómo lo quería y al año siguiente apareció, luego fuimos juntos con mis tres hijos a dar las gracias a Guadalajara. México significa mucho para ambos”.