¿Quien se atreve?
Es demasiado complejo.
No es fácil dirigir, lo divino y lo humano.
Que reine el corazon limpio y la justicia infinita, necesitamos reconocerlos con sus actos de piedad, con esa sabiduría que Dios les proporciona, como ejecutores de
su ley.
Lo suplicamos todos, para afianzarnos en nuestra Fe.
¿Quien se atreve?
Es demasiado complejo.
No es fácil dirigir, lo divino y lo humano.
Que reine el corazon limpio y la justicia infinita, necesitamos reconocerlos con sus actos de piedad, con esa sabiduría que Dios les proporciona, como ejecutores de
su ley.
Lo suplicamos todos, para afianzarnos en nuestra Fe.