Hoy: 23 de noviembre de 2024
Aunque no hayan sido buenos hijos porque los han visitado lo justo o nada, o porque tampoco los han cuidado como necesitaban y merecían, los padres en un 88% de los casos desea que su herencia vaya a sus hijos.
Pocos se plantean desheredarlos, aunque en España hasta los ‘peores’, por ley, siempre tienen derecho a la legítima. Amor incondicional, que se llama.
Un estudio de la Fundación BBVA sostiene que casi el 90% de los españoles consideran que su herencia debe ser para sus hijos, independientemente de la relación que mantienen con ellos, sin condiciones (67%) y sin distinciones entre ellos (83%), es decir sin esperar nadie a cambio y sin que uno reciba más que otro.
La investigación, elaborada por el catedrático de la Universidad de Málaga, Luis Ayuso, revela que el 73% de los encuestados se muestra en desacuerdo con esta afirmación: “Lo acumulado durante mi vida es sobre todo mío por lo que mis hijos o familia no deben esperar nada de mi herencia”.
Por tanto, existe una percepción entre los españoles de que “las herencias hay que protegerlas pues representan el esfuerzo de padres a hijos” (83%), que es un patrimonio acumulado que debe transmitirse de generación en generación.
Por el contrario, sólo un 7% que opina que las herencias deberían desaparecer porque favorecen la desigualdad desde el nacimiento.
En el estudio también se muestra que, entre los mayores de 60 años, solo un 30% asegura no haber recibido nunca una herencia, ni ellos en primera persona ni su pareja -en el caso de que la tuviera-, mientras que en el 60% de los casos era la persona encuestada la que había recibido directamente alguna herencia.
Añade el estudio que hasta los 40 años solo el 19% había sido destinatario de algún tipo de herencia, porcentaje que asciende hasta el 84% a los 65 años.
Principalmente, lo que se hereda es sobre todo la vivienda (44%), al caracterizarse España por su alto porcentaje de propietarios, pero también se hereda dinero (24%) y propiedades rústicas (20%) y urbanas (8%).
“El acceso por herencia a propiedades rústicas suele producirse a edades más tempranas, mientras que el resto de bienes suelen incrementarse con la edad”, se señala en el estudio.
Por otro lado, solo un 28% de las personas encuestadas que habían recibido algún tipo de herencia respondieron al valor aproximado de lo que habían heredado en euros actuales, alcanzando el valor más repetido el de los 30.000 euros, mientras que la mediana se encontraba en los 40.000.
Un 12% de los encuestados espera recibir una herencia en el futuro y, cuando la reciba, tiene previsto sobre todo repartirla entre los miembros de su familia (25%) y guardarla (23%).
Asimismo, solo un 8% tiene previsto invertirla en algo material, y un 10% piensa darse algún capricho. El 15% no sabe muy bien lo que hará pues no lo ha pensado aún.
La primera opción y deseo es dejar su patrimonio a todos sus hijos a partes iguales (49%) y en segundo lugar, dejar el uso y disfrute a su pareja hasta su fallecimiento (25%). Un 7% piensa dejarle todo a su pareja y un 5% cuenta con hacerlo a sus sobrinos y hermanos.
Por otro lado, el 24% de los encuestados asegura que pondrían algún tipo de condición y, en dos de cada tres casos, optarían por no poner ningún requisito (67%).
Entre las principales condiciones, la primera es que les cuidaran, visitaran, etc., y se comportaran como “buenos hijos” (33%); en segundo lugar, que mantuvieran la unidad familiar (26%).
La tercera razón hace referencia a apoyarse entre los miembros de la familia, sobre todo a los más necesitados (16%); y en cuarto lugar, cuidando el patrimonio familiar y no malgastándolo (15%).
Por otro lado, el estudio revela que tres de cada cinco españoles (61%) es favorable a eliminar el Impuesto sobre Sucesiones, si bien un 22% propone que se vincule a los ingresos y un 10% es partidario de mantenerlo pero con una fiscalidad baja, mientras que un 0,5% es partidario de poner en marcha un impuesto alto.
Además, los más partidarios de la eliminación de este impuesto son las personas que se autoposicionan dentro de la clase social más alta (62,5%) y más baja (64,5%).
En la investigación también se revela un cambio en el “familiarismo” que caracteriza las herencias en España hacia un “mayor individualismo” debido a un aumento de la esperanza de vida y de los cambios en las relaciones familiares.
Así, un 57% de los encuestados descarta que se deba ahorrar con el fin de dejar un patrimonio a sus hijos y una mayoría relativa prevé una vejez en su propia casa con apoyo de cuidadores, frente al 9% que espera vivir con algún hijo.