Hoy: 23 de noviembre de 2024
La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), a través de una misión, ha accedido por primera vez desde el estallido de la guerra en Sudán hace más de un año a la ciudad de Omdurmán, un importante nucleo urbano situado junto a la capital, Jartum, y donde ha constatado “elevados niveles de sufrimiento” entre la población civil, víctima de meses de aislamiento sin ayuda humanitaria.
Olga Sarrado Mur, portavoz de ACNUR, asegura que la situación es “devastadora”, y ha advertido de una “destrucción masiva” provocada por los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF).
Sarrado sostiene que los desplazados carecen de refugio o viven en lugares saturados, “principalmente en escuelas”. Sólo en Omdurmán residen más de 12.000 refugiados y más de 54.000 desplazados internos, según las estimaciones de Naciones Unidas, que ha examinado in situ con autoridades locales formas de poder ayudarlos.
Además, “los niños no tienen acceso a escuelas o lugares de juegos y sufren angustia por el sonido de los enfrentamientos”. Las familias apenas pueden comprar alimentos por la subida de los precios, una situación que amenaza especialmente a la infancia.
Asimismo, 1,8 millones de personas han salido de territorio sudanés en este último año, rumbo a los países vecinos. El conflicto iniciado a mediados de abril de 2023 ya ha provocado que en Sudán haya casi 6,7 millones de desplazados internos, a los que habría que sumar más de 920.000 refugiados procedentes de otros países, principalmente de Sudán del Sur, Eritrea y Etiopía.