Hoy: 23 de noviembre de 2024
El experto en salud pública, el doctor Armenteros, explica que estamos viviendo “especie de picos de sierra” en las infecciones de Covid-19 tras la pandemia, con aumentos y disminuciones sucesivos en el número de casos. Indica que actualmente estamos en un pequeño pico, y anticipa que la próxima semana podría haber una reducción de casos. Armenteros lamenta las restricciones de diagnóstico, ya que los datos se basan únicamente en el sistema de vigilancia y datos hospitalarios, con muy pocas pruebas realizadas en centros de salud.
Y todo esto con las restricciones de diagnóstico, según lamenta el doctor Armenteros, porque estos datos están basados sólo en el sistema de vigilancia, y en los datos hospitalarios, que es donde se confirma que hay Covid-19 mediante test hoy en día, y apenas en los centros de salud, o ya ni eso, tal y como indica. “Nosotros en los centros de salud ya no hacemos test Covid-19; por lo que tiene que haber muchos más casos de los que sospechamos, y con una sintomatología moderada, o muy heterogénea, y que simula en este tiempo a un proceso alérgico, por ejemplo, o a cualquier otro tipo de resfriado común”, remarca.
Actualmente, el portavoz de la SEMG habla de la predominancia de la variante BA.2.86, más conocida como Pirola; y dentro de ella, del sublinaje JN.1, que hoy en día es la cepa más frecuente en España, y está presente en el 70% de los casos.
Pero advierte este doctor de que, desde marzo, sí ha habido un sucesivo incremento de la nueva variante o KP.3 o FLIRT en nuestro país, que es la predominante en Estados Unidos, y de hecho, con un tercio de los casos en el país norteamericano, según apunta. “Esto puede dar lugar a que haya dos variantes conviviendo y creciendo”, manifiesta.
Es más, señala que FLIRT tiene unas características diferenciales de todas las variantes del SARS-CoV-2 vistas hasta ahora, ya que sus mutaciones no son en la espícula del virus, como sí lo eran en casos anteriores: “Hasta ahora, todas las variantes, incluida ómicron o Pirola, tenían mutaciones dentro de la espícula. De manera que nuestra inmunidad nos protegía frente a estas variantes porque todas las vacunas y variantes vividas hasta ahora eran frente a esa mutación en esa parte del virus”.
Con FLIRT, al haber modificaciones de otras partes del virus, según prosigue el miembro de la SEMG, reconoce que no se sabe cómo va a afectar y a evolucionar: “Basándonos en Estados Unidos, y en lo ocurrido con sucesivas epidemias, consideramos que no va a darse un aumento masivo de casos, sino que esta nueva variante irá sustituyendo a las más antiguas, y se convertirá en la predominante en España, pero no se prevé un incremento muy alto del número de casos”.
La infección de Covid-19 ahora se caracteriza por ser un proceso de unos 5 o pocos más días de duración, por regla general, tal y como describe este doctor, y además, sin complicaciones, con una sintomatología “moderada y soportable”, y cuya mejora se nota a partir del quinto día del proceso, que suelen ser más cortos en la experiencia. “Es muy raro que aquel que tiene Covid-19, la infección le obligue a estar en la cama y afectado de manera intensa, o esté polisintomático”, aprecia el miembro de SEMG.
Sobre los principales síntomas de estas últimas variantes de la Covid-19, recuerda que suelen darse los síntomas habituales: tos, congestión, secreción nasal, fatiga, dolores musculares, dolor de garganta, fiebre y todos los que conocemos.
“Sí se ha visto que en Pirola, y en otras últimas variantes, volvía a existir la anosmia o falta de olfato, así como dispepsia o malestar digestivo (dolores de estómago, náuseas, e incluso vómitos)”, indica Armenteros. Eso sí, incide en que en esta variante no hay ningún síntoma que destaque de forma diferente, como sí antes lo hacía el dolor de garganta como síntoma predominante, por ejemplo.
“Esta variante, en las personas vacunadas con todas las vacunaciones, y con casos de contagio de Covid-19 previos, se convierte en una ‘enfermedad simuladora’, es decir, que se manifiesta como una rinitis con estornudos, un caso parecido a una alergia, o como una manifestación de una coriza, una enfermedad con mucosidad blanquecina, sólo de afectación nasal, y sin otros datos, que en realidad es Covid-19, sin tener el complejo sintomático clásico que tenía hasta hace poco la infección por SARS-CoV-2”, sostiene, al tiempo que llama la atención sobre la afectación en las personas frágiles o en los no vacunados, en quienes la infección es moderada.
La incubación remarca que puede ser variable en el tiempo, entre 4 y 7 días, y hay un dato que resalta, y es que el pico máximo suele estar entre el tercer y cuarto día de síntomas y hasta entonces no se recomienda hacer el test.
Sugiere, ante cualquier infección respiratoria, sea Covid-19 o un catarro, el empleo de la mascarilla siempre, para prevenir a los demás la enfermedad, aunque no se tenga un test hecho.
“Sigue siendo preceptivo realizarse el palito por la capacidad de variación mutagénica de este virus. No podemos gripalizarlo porque con el virus de la gripe lo conocemos, sabemos su sistema de mutación y sus cambios; mientras que en la Covid-19 desconocemos cuáles pueden ser sus mutaciones, y podemos encontrarnos desprotegidos, porque la experiencia de estas variantes es que podrían complicarse y ser más graves según lo visto en la pandemia. De ahí la importancia de que, de nuevo, deberíamos tener la posibilidad de hacer diagnósticos en los centros de salud, porque es fundamental poner apellido a la enfermedad respiratoria, y esto, además, ¡sirve para proteger en el futuro a los demás”, subraya este experto.
Se considera que el tercer y cuarto día es el máximo nivel de carga viral, tal y como ha puntualizado el portavoz de la SEMG; ahora bien, sostiene que todo depende también de las manifestaciones sintomáticas, de manera que si son como una alergia, la capacidad de contagio es menor que la que puede ofrecer el que tose o estornuda todo el rato y esté extendiendo el virus.
“Habría dos fases, la sintomática, que dependiendo de ella puede ser más o menos contagiosos dependiendo de si hay estornudos o tos, que difunden más el virus; y por otro lado, aquella en la que se desconoce que hay enfermedad y se está en fase de incubación, donde la carga viral es menor, pero se hace vida normal y existe el riesgo de contagio”, añade el doctor.
En último lugar, sostiene que el tratamiento sigue siendo sintomático porque no hay ninguno específico a día de hoy y la investigación sobre los mismos se ha paralizado. “Aquellos antivirales que salieron al mercado estaban dirigidos a variantes anteriores a ómicron, y no ha vuelto a salir tratamiento específico para el virus. No hay estudios si quiera de estos antivirales en ómicron, por lo que no se tienen las garantías de que estos fármacos sean efectivos en estas variantes”, subraya.
Alerta, asimismo, de que el hecho de tener más posibilidades de contagio o más número de contagios da posibilidad de que aparezca la Covid persistente, y es que hay un número de casos por sucesivas infecciones de las diferentes variantes, cabiendo la posibilidad de que al final puedan desarrollar Covid persistente estas personas; “otro argumento más para hacerse palitos y contar con un diagnóstico adecuado con respecto a la enfermedad”.