Hoy: 14 de diciembre de 2024
Un reciente estudio realizado por la Universidad de Finlandia Oriental revela que comenzar a fumar en la infancia y continuar durante la adolescencia incrementa notablemente el riesgo de daño estructural y funcional en el corazón. Este deterioro temprano puede aumentar las probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares graves en la mediana edad, destacando la necesidad de tomar medidas preventivas desde edades tempranas.
El profesor Andrew Agbaje, principal autor del estudio, enfatiza que el objetivo es ofrecer información clave a responsables políticos, médicos y profesionales de salud pública para prevenir el tabaquismo y sus efectos en los jóvenes. “Es fundamental que los padres, cuidadores y gobiernos colaboren para abordar este problema mediante políticas audaces que busquen un entorno libre de humo y nicotina”, señala.
Según recoge Infosalus, los investigadores analizaron datos del Estudio Longitudinal Avon de Padres e Hijos (ALSPAC) para evaluar cómo el tabaquismo entre los 10 y 24 años de edad influye en el desarrollo de lesiones cardíacas estructurales y funcionales. Los resultados mostraron una asociación preocupante entre el tabaquismo temprano y un aumento significativo de condiciones como hipertrofia ventricular izquierda y disfunción diastólica del ventrículo izquierdo en la adultez temprana.
El estudio también destaca que, entre los participantes que comenzaron a fumar en la infancia, el 60% continuó fumando hasta los 24 años. Este comportamiento se asoció con un incremento del 33% al 52% en las probabilidades de sufrir lesiones cardíacas prematuras, incluso después de ajustar otros factores de riesgo.
Los autores señalan, además, que el tabaquismo adolescente no solo contribuye al riesgo de enfermedades futuras, sino que también genera daños duraderos en el músculo cardíaco y en su funcionamiento. Estos hallazgos refuerzan la urgencia de implementar políticas más estrictas de prevención y sensibilización dirigidas a proteger la salud cardiovascular de los jóvenes.
Sin embargo, el estudio presenta algunas limitaciones, como la falta de datos sobre el tabaquismo pasivo y otras influencias socioambientales, además de una representación étnica limitada entre los participantes. Estos factores subrayan la importancia de investigaciones adicionales que incluyan mayor diversidad para validar y ampliar estos resultados.