Hoy: 23 de noviembre de 2024
Karim Bouyakhrichan, presunto líder de la infame Mocro Maffia holandesa, ha burlado a las autoridades tras evadir su comparecencia en los tribunales, donde debía responder por sus presuntos delitos. Esta fuga, confirmada por fuentes policiales a Europa Press, ha desencadenado una búsqueda a nivel internacional, con el Juzgado Central número 2 de la Audiencia Nacional emitiendo una Orden Europea de Detención y Entrega (OEDE) para su captura.
Bouyakhrichan, identificado como uno de los principales objetivos de la policía en los Países Bajos, enfrenta acusaciones vinculadas a la Mocro Maffia, una organización criminal relacionada con amenazas dirigidas contra la Casa Real neerlandesa y la princesa heredera al trono, Amalia de Orange.
Según informaciones adelantadas por la Cadena Ser, la fuga de Bouyakhrichan se produjo luego de ser liberado bajo fianza el 18 de marzo por la Audiencia Provincial de Málaga, con la imposición de medidas cautelares como la retirada de su pasaporte y la obligación de presentarse en el juzgado cada 15 días. La decisión de liberarlo provisionalmente contó con el respaldo de la Fiscalía Antidroga.
La historia de Bouyakhrichan se entrelaza con una operación policial llevada a cabo en enero, anunciada en una rueda de prensa en el complejo policial de Canillas (Madrid). Esta operación había golpeado a una red de la Mocro Maffia en la Costa del Sol, resultando en el bloqueo de 172 propiedades valuadas en 50 millones de euros y el congelamiento de cerca de tres millones en cuentas bancarias.
Los responsables de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) celebraron entonces el arresto de Bouyakhrichan como la culminación de años de investigación, destacando su importancia como “objetivo prioritario” en la lucha contra el crimen organizado. Sin embargo, su fuga ahora representa un revés significativo en esos esfuerzos.