Educación le quita la razón al exdirector del ‘instituto del enchufe’ y confirma la matrícula de honor para el alumno más brillante y no para el hijo

José Macías Fernández, exdirector de Área Territorial Madrid Oeste (DAT), de la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, ha desestimado la reclamación presentada por el exdirector del Centro de Enseñanzas Integradas padre Antonio Soler, Juan Manuel Colino, de San Lorenzo de El Escorial, y avala la decisión del tribunal calificador del centro, que decretó, por unanimidad, y por dos veces, que el alumno más brillante, y merecedor por tanto de la matrícula de honor en el instrumento de flauta travesera, era un alumno que no era el del hijo del exdirector.

Colino, cuyos otros hijos también ha obtenido matrículas de honor en el centro, año tras año, arremetió contra el tribunal calificador; y, como este no dio su brazo a torcer, impugnó la decisión ante la DAT, autoridad educativa. Esta se ha pronunciado sobre el recurso, sobre cuya presentación gravitó la sospecha de que su presentación fue extemporánea, y lo rechaza, no lo admite. Los argumentos del exdirector para que se le de a su hijo la matrícula no han convencido, pues, a la autoridad educativa, que apuesta por el criterio del tribunal calificador.

Colino, disconforme con que un tribunal de su propio centro, formado por profesores expertos en el instrumento, le diera la matrícula de honor a un alumno que no era su hijo, se encrespó. Y presentó un recurso administrativo ante la DAT de la Comunidad de Madrid, que es la que manda en este centro, el más grandes de los únicos dos institutos de estas características que hay en Madrid. En ellos, los alumnos estudian las asignaturas ordinarias y se especializan a la vez en instrumento de música a alto nivel. Es un prototipo educativo lanzado en su día por el Gobierno de Esperanza Aguirre.

Situación imposible

Ahora que la reclamación ha sido desestimada y que, por tanto, fue correcta la decisión del tribunal calificador y la del Departamento de Viento-madera, plenamente respaldadas por el DAT, el exdirector Colino queda en una situación imposible al frente de dicho centro educativo. 

No se sabe aun con certidumbre si ha dimitido o no tras aflorar FUENTES INFORMADAS este escándalo. El de un director que, no sólo presiona para que el tribunal revoque su decisión en favor de su hijo, sino que envía un recurso a la DAT en el que pone a caldo al departamento de música que desoyó sus indicaciones y mantuvo por dos veces que el hijo del (ex)director no fue el mejor en flauta travesera.

Tras este varapalo, Educación debería explicar si Colino ha dimitido (publicó una carta a padres y alumnos en la web del centro en la que se despedía de ellos, y, a la vez, dejaba entrever que las informaciones de este periódico sobre sus acciones supuestamente nepotistas eran fake news, pero luego ha quitado la carta de dimisión de la web, lo que algunos interpretan como un arrepentimiento). La decisión de la DAT al quitarle la razón al (ex) director revela, pues, que las informaciones de este periódico era verdad en su totalidad.

Expertos jurídicos consultados señalan su extrañeza porque “el director de un centro educativo pueda interponer reclamaciones como si se tratara de un padre más, porque no lo es, y más que lo haga para tratar de conseguir una matrícula de honor para su hijo, quitándosela a otro alumno”.

Fuentes escolares, por otro lado, aseguran: “Las gravísimas acusaciones que lanzó el exdirector en sus escritos de reclamación contra los miembros del tribunal calificador y el resto de profesores integrantes del Departamento de Viento-madera son motivo más que suficiente para que se acordara su cese fulminante y, mucho más ahora, a la vista de la decisión adoptada por el DAT, desestimando la reclamación”.

Y recuerdan que “los ataques dirigidos por Colino contra sus compañeros podrían generar consecuencias disciplinarias por la posible comisión de una falta de grave incumplimiento de sus deberes y obligaciones, abuso de autoridad en el ejercicio del cargo o grave desconsideración con sus compañeros o subordinados”.

También precisan estos expertos que, “una cosa es el derecho a reclamar y a discrepar de la valoración efectuada por ese tribunal y el Departamento, y, otra muy distinta, insultar y difamar pública y gravemente a sus integrantes”. “El derecho a reclamar no da derecho a insultar, ofender e injuriar y, mucho menos, cuando el que profiere tales insultos ocupa la posición de Vicedirector o Director del Centro Educativo y los descalificados son sus subordinados”, enfatizan. 

Un cambio de decisión

El exdirector Colino, al ver que el tribunal calificador le daba la matrícula de honor a un alumno que no era su hijo, trató de imponer un cambio en esa decisión. El tribunal se negó a rectificar su decisión hasta en dos ocasiones.

En vista de ello, Colino presentó el citado recurso, desestimado, el pasado 13 de junio, en el que empleó datos falsos, siempre según las citadas fuentes.

“Colino afirmó rotundamente en el recurso que la actuación musical de su hijo excedió de los quince minutos que, en su particular parecer, fijaba la normativa reguladora de la prueba para que el Tribunal pudiera conceder la matrícula de honor a un alumno, resultando que en el expediente está contrastado que la interpretación del hijo del exdirector no alcanzó esos quince minutos. Fue inferior”.

Afirmó también que el alumno al que se le concedió la matrícula no alcanzó tal duración, razón por la cual exigía que le debían quitar la matrícula a este último y dársela a su hijo. Tal afirmación la hizo el exdirector Colino a pesar de conocer perfectamente, en su condición de profesor de flauta travesera y miembro del Departamento de Viento-madera de ese Centro Educativo, que la obra interpretada por ese alumno tenía una duración muy superior.

Y que la única razón por la que su interpretación no duró más tiempo fue porque la profesora pianista que acompañó a ese alumno en la prueba omitió gran cantidad de compases en todas las partes del tutti de la orquesta, añaden las mismas fuentes, decisión en la que en absoluto intervino ese alumno y que en nada le benefició.

Además, en dicha reclamación, el exdirector tampoco duda en dejar por escrito lo mucho que parece despreciar y subestimar al personal docente interino, pues asegura en el recurso que la actuación de la entonces jefa de Departamento de Viento-madera, cuando propuso a profesores interinos y titulares para integrar el Tribunal de Calificación de la prueba de matrícula de honor pese a que pudo elegir a todos titulares, ello supuso un “alarde de profunda incompetencia profesional”. Y solicita para ella una sanción.

También dejó por escrito lo que opina de los profesores que integraron el Tribunal de Calificación. Dice en su reclamación que estos profesionales emitieron un informe “malintencionadamente” y que lo que en él se detalla es “rigurosamente falso”.

También afirma que mostraron un “desconocimiento total del repertorio de la asignatura”, una “falta de criterio del tribunal y de su imparcialidad”, y opina que el juicio del tribunal fue «negligente, sesgado y parcial”. Y solicitó una sanción general a todos quienes “no procedieron con el desempeño de sus funciones y/o responsabilidades” que, según fuentes cercanas al Centro Educativo, por lo que parece, “deben ser las de conceder un año tras otro las matrículas de honor a sus hijos”.