Hay frases que debieran escribirse con mucho tino y, mirando antes a un lado y a otro, por si algunos pudieran ofenderse. Señalaba Fellini que, querer entender, es ya prepararse a tolerar. Y aquí no es fácil convivir pensando lo contrario de los progres.
Casi con un dedo en la boca, me atrevo a contradecir a los paisajistas de la nada que, aunque a ellos no les parezca bien, Dios existe: en Portugal acaban de asegurarlo millón y medio de jóvenes que, con el papa, han coreado la frase más repetida en la Biblia: “No tengan miedo”.
Y, pidiendo otra vez disculpas por mi atrevimiento, España es un mosaico de razones comunes, cuyas piezas tienen sentido en el conjunto y nunca por sí solas.
Y aun así, unidos como hasta ahora, más que caídos por España, seguimos dando tumbos con ella.